Francisco Mira

 Es sábado el frigorífico bajo mínimos. Saldremos a comprar en marabunta todos juntitos a la caza de la oferta del 2x1, la Visa dolorida de tanto trabajo, el datáfono perderá la conexión,  afloraran los nervios del vendedor, amablemente con una sonrisa sarcástica  le dirás que no llevas el importe en metálico, en la cola de pagar miraran el reloj, es que los sábados no son tan relajantes como la gente cree, el acto de comprar repleto de gente borreguil que siempre hacemos lo mismo y al final de la mañana es muy estresante, es que la vida es trabajar, comprar y sacar cuentas de la jodida Visa que al principio de mes nos deja muy tocados y vuelta empezar el mes con sus historias de letras y la puta madre que invento el consumismo.       

 He dejado de hacer planes, bueno si que los hago, mi MENTE me recuerda que hay que cumplirlos, y nunca los acabo de realizar, siempre comienzas y nunca acabas nada, y entonces decido no hacer más planes. Vuelve a recordarme no puedes ir por la vida sin un plan, o una hoja de ruta, le contesto tienes razón querida MENTE racional, puta ama de mi santa vida. Entonces salen las DUDAS, que llegan muy bien vestidas, y mi MENTE se ríe de mi sombra, juegan conmigo porque las DUDAS son hijas de la MENTE. No vuelvo hacer planes.....

 De lunes a viernes en la prisión del olvido. Sábado y domingo chándal y aspirinas en el sofá con patatas fritas  y cafeína. La rubia de bote y tetas de silicona me dio largas de salir a bailar. Aquí sentando mirando el mar y las nubes del desaliento. Otro día buscare en meetic para consolar las penas con algún alma solitaria en busca de sexo sin sal, al terminar me fumare un cigarrillo y me largare sin saber nunca su nombre real, ni ella el mío. Cuando vuelva a la prisión de los cinco días estaré menos amargado.

Días grises en mi alma, niebla difusa en mis entrañas viejos recuerdos deambulan por las viejas paredes grises del alcoba. Lluvia en el asfalto, charcos en rebeldía, paraguas negros vestidos de luto recorren las calles de la ciudad. Palabras huérfanas bailan sobre el papel amarillento en las tardes de invierno, viento huracanado se desliza entre las tildes, las consonantes se refugian entre los portales. Las viejas promesas desaparecen entre las nubes negras, los viandantes de las falsas historias arrastran sus ropajes de carnaval entre sus hombros. Pronto llegara la tormenta, será dueña las miserias, borrara todo aquel futuro que nunca existirá, todo se volverá gris, como las almas sin pena, el pasado morirá, se evaporara entre las nubes, pasada la tormenta nadie será  lo que fue, por mucho que quieran volver al pasado.