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Mostrando entradas de diciembre, 2012

Feliz 2013

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Para despedir este año 2012 que mejor que el poema de Antonio Machado, Cantares, cantado por la voz de Joan Manuel Serrat. Cantares. Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre el mar. Nunca perseguí la gloria, ni dejar en la memoria de los hombres mi canción; yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles, como pompas de jabón. Me gusta verlos pintarse de sol y grana, volar bajo el cielo azul, temblar súbitamente y quebrarse... Nunca perseguí la gloria. Caminante, son tus huellas el camino y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar... Hace algún tiempo en ese lugar donde hoy los bosques se visten de espinos se oyó la voz de un poeta gritar: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar..." Golpe a golpe, verso a vers

El despertador

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Letras de madrugada cuando la ciudad duerme mientras los despertadores se preparan para la melodía maldita. Hombres y mujeres que se despiertan van camino del trabajo con cara de funeral, aposento de sus cárceles que  otros imploran poder estar en ellas en sus vidas de desesperación. La  ciudad despierta entre prisas y carreras por los pasillos del metro, el día comienza y el escritor después de toda la noche escribiendo su novela plácidamente comienza el sueño entre las sabanas del arco iris.

Sueños de hojalata

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El reloj de pared estaba abandonado en el desván entre otros trastos viejos e inservibles. Un día el abuelo buscaba unos cuentos que hacía un montón de años que habitaban aquella estancia, observo que entre la pared y el suelo estaba el reloj, había un poco de humedad. El reloj estaba parado y lleno de polvo, lo sostuvo entre sus manos, lo miro, creyó que quizás era algo de aceite del mecanismo, una fugaz idea paso por su cabeza, llevar el reloj al taller de un amigo, que se dedicaba al mundo de las joyas y relojes. Cuando fue a recoger el reloj, pregunto a su amigo. - Estaba muy estropeado y oxidado. No- Contesto el  amigo relojero. Simplemente estaba triste y cada media noche aunque sus manecillas no funcionaban, él seguía el compás de ellas y al no poder dar las doce campanadas anunciando el nuevo día, de su humilde corazón manaban doce lagrimas. Desde aquel día  31 de Diciembre muy especial, el reloj de pared preside el salón en cual hace muchos años fue testigo de la

Factoría de las muñecas

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Los hombres y mujeres trabajaban con esmero y delicadeza, en sus manos nacían unas bellas criaturas de plástico, unas muñecas de ensueño. Un trabajo que parecía rutinario, y así lo era, monótono a simple vista pero había una diferencia que marcaba que esto no era de esta forma descrita. La gran diferencia que marcaba lo rutinario de lo extraordinario, era el amor con que las fabricaban. En sus manos estaban depositados muchos sueños, en realidad la ilusión de pequeños y grandes. La elegancia de aquellas muñecas era la creación de unos sueños que se preparaban para recorrer el mundo de la fantasía. En verano jornada estival de grandes y pequeños algunos días frecuentaban la factoría de las muñecas. Todos los visitantes con atención veían con sus propios ojos la maravilla del nacimiento de la muñeca en todas sus fases. Los trabajadores con buen agrado les explicaban en que consistía su trabajo en cual se podía divisar las caras de sorpresa y gratitud en los visitantes de contem