Francisco Mira

Mañanas de silencio amanecer de la esperanza, luces del nuevo día. Soledad en mis entrañas, viejas heridas del guerrero, corazón encogido. Vuelos de ilusión imaginación de mis ojos, sueños despiertos en este mundo. Deje de escribir cartas de amor, olvide los sellos, y la destinataria. Olvide amar deje esfumar los sueños, me perdí mis mundos. En este nuevo amanecer recordé que he vuelto a nacer, pasado dejo de existir, y ahora en el presente sueño con vivir el instante del momento sin miedos, ni fantasmas en mi maldita cabeza.

Fingía mirar el plano de la ciudad, realidad estaba en otro mundo, dos desconocidos en el mirador del acantilado, hacia meses que ni tú eras aquel que hace una década en el primer año de universidad, ni yo la misma, despojada de sentimientos muertos desde principio de este año. He dejado ser la aquella mujer que soñaba en el amor para toda la vida, quiero salir corriendo y olvidar estos años, respirar en estos pulmones contaminados de creencias obsoletas, pinturas de blanco y negro, fantasmas de un pasado no muy lejano, necesito valentía para marcharme, dejar aquellos nos unió, romper con todo, buscar horizontes nuevos sin miedos. Aquí en con mi cobardía latente escondiéndome en mentiras  envueltas en mis ropajes, oliendo a salitre, duele fingir las noches de sexo, cuando no hay nada de amor, necesito razones para acabar en este cuento desamor, donde no queda nada. Una mañana se marcho después del desayuno. Dejo una nota en la alcoba, recogió sus ropas las me

Hoy cumplo años, celebro el haber nacido, no por los años, las canas, arrugas entre otras cosas me recuerdan que la juventud dejo de existir hace muchísimos años, cerca esta eso que llaman jubilo, bueno depende del político de turno, un año más de lo mismo, de no ser quien soy, no se si me pasa a mi, igual otros viven detrás de sus mascaras de carnaval no lo quieren admitir, quizás muchos sepan quienes son. Quien soy, no lo se, quien quiero ser tampoco, quien fui pues lo no quise ser, y me miro al espejo y no me recuerdo, quien es el que esta delante, un producto de la sociedad, con billete de ida y vuelta, viajando en el vagón de tercera de los antiguos trenes del correo.  Dice ser el horóscopo que los libras son equilibrados, bueno, pasemos paginas, indecisos, yo si, no se que más cosas que prefiero no leerlas no sea que me entre un ataque de sinceridad, porque miento como todo el mundo, pero menos que el español, si para salir del paso de preguntas embarazosas, uso el anticonc

Nunca voy a contarte mis secretos, un día no muy lejano, desde este mirador al cantábrico, todas los poemas de amor que plasme en la libreta de los delirios la deje olvidaba en este lugar, quienes la encuentren podrán leerlas o bien destruirlas, como ignorar las letras tatuadas en tinta de mi corazón, que dejaron de pertenecer.  Nunca sabrás los poemas eróticos que nacieron de las noches de fuego y pasión, ni los versos nacieron de tus entrañas, y como es pasado, nada tiene que ver con mis días. No me pertenecen las letras que un día plasme cuando eran nuestras, ahora ni son tuyas ni mías.

Volvió a la orilla después de un lustro desaparecido de la vida, con la tabla bajo del brazo, encontró que lo habían olvidado, intento llamar desde el móvil, la operadora de turno indico que el número no existía. Se canso de esperar, un buen día todos los poemas de amor se marchitaron entre las olas donde un día desapareció el naufrago del amor, en la deriva de su vida entre lagrimas olvido vivir, y una luz en sus manos descubrió que la colección de recuerdos eran el lastre de su vida, aquella mañana esparció todas las cartas de amor por el cantábrico embravecido en rebeldía, desaparición todos los besos, caricias y promesas de amor. Allí estaba con la tabla entre sus manos sin saber quien era, y a donde ir, nadie lo esperaba, quizás era una pesadilla, no, era la realidad, siempre la cobardía le hizo mucho daño en su corazón, la mujer del vestido largo del desván no existía en su vida.