Francisco Mira

 Buscaba una foto, apareciste de la nada, desapareciste para siempre. Refugiado del aguacero no de la lluvia, sino de mi mente, esperaba dibujar mis horas grises sobre las luces, y de pronto todo se volvió en viejos recuerdos de los que nunca existieron. Deje la imaginación olvidada en el anden del metro me adentre en la triste realidad. No se quien soy, los lunes son abatimiento, los sábados ansiedad y los domingos melancolía, así que hice la foto, me largue como un fugitivo que huye sin saber donde va.

Era una noche invernal las calles ausente de vida, el mercurio jugueteaba con el menos uno, paseando con mis silencios por la luz tenue de las tristes farolas, vagaba constantemente entre contradicciones del alma y la mente, en las noches oscuras los fantasmas del pasados se adueñan de las sombras humanas y se crecen entre delirios y miedos. Esta vez no esta dispuesto a perder, la mente luchaba por ganar, y el alma con calma iba apoderándose de mi esencia, una partida muy táctica de ajedrez entre blancas y negras, mucha tensión en sus movimientos, demasiada frialdad en sus miradas. El frio, la oscuridad y las leyendas que nunca existieron, siempre están vacilando en las noches de inviernos que buscan adueñarse de las viejas historias de un pasado que un día dejara de existir, se evaporaran mezcladas con la niebla de la madrugada. Paseos noctámbulos con mi réflex y mis entrañas.

N o podemos empezar el año 2020 más contentos, con esta foto presentada a las 12 horas de fotografía Villa de Ibi en su decima edición que se celebro el 14 de diciembre de 2019 en las fiestas de invierno de tal población en honor a Santa Lucia, estuvo entre las 30 últimas y casi a punto de acceder a las 15 finalistas. Para mi es todo un honor haber estado en las 30 últimas, seguir teniendo una gran motivación en tal afición tardía como ha sido la fotografía. Desde la inocencia comparada con un niño donde sus ojos lo ven de diferente forma a la de los adultos " que pena dejemos de ser niños con esa inocencia pasemos a la vida adulta de la infelicidad" pues es una alegría inmensa el poder seguir avanzando este mundo que se prevé fascinante. Quiero seguir soñando como la inocencia de un niño, porque en ella esta el motor del sentido a esta vida, en la cual el ser humano es experto en complicarse la vida, en hacer lo fácil muy difícil, cuando todo es percepción de nue