Francisco Mira

Dispare convencido al pasado, del que guarde entre los libros repletos de polvo en la estantería obsoleta de mi vida. Ahora visualizaba mi presente, fotos callejeras, fotos en busca de una historia, si, cada uno o una lleva su historia guardada entre sus ligeras ropas del verano, todas ellas son del pasado, buscaba el presente, el momento, las historias que nadie las ve, porque ellas tienen la palabra miedo, que se esconden detrás de un simple wasap para pasar al olvido. La tarde era calurosa, treinta grados, gente recorriendo las estrellas calles, intentando ver el instante del ahora, sudor en la frente, ropa pegajosa, disparos de la Nikon, versos y consonantes entre figuras, líneas y sombras. Fotos de calle, historias en el visor, luz en ellas, la vida en la ciudades. Mundos de algarabía, entrañas silenciosas, ruido en las mentes, miedos en sus noches. Ajenos al mundo, el mundo en ellos, autómatas en sus decisiones, palabras huérfanas. Intentado encon

La fotografía de calle, suele ser espontanea, es vivir el ritmo que te ofrece la ciudad y sus actores anónimos, pateas las calles en busca de escenas cotidianas que suelen pasar desapercibidas, e intentas darle un estilo cinematográfico, buscas la composición, la luz y el momento, todo ellos en segundos, vas viendo fotogramas en tu mente. Cuando llegas a casa te dispones al revelado digital del RAW, y sucede que las " cagado" perdón por la expresión, bien la velocidad obturación, diafragma, balance de blancos, las liado con la ISO. Pero si lo tengo controlado, si, es que cuando más dominas tu camara, menos la miras, no te das cuenta de la Iso, estaba para regular. Y nada vale, te vale, pero no deseas ese poco ruido o bastante ruido. Cosas que suelen pasar cuando menos lo esperas.

Iban camino de la playa, disfrutando de sus jubilaciones, asimilando el nuevo verano sin actividad laboral, después tantísimos años en la brecha, este calor era una bendición en sus cuerpos, disfrutaban de la tranquilidad de sus días, sin mirar el calendario como años atrás en la cuenta de los días que les quedaban de vacaciones.  Todas las mañanas nadan en mar abierto ejercitando sus músculos aprovechando la calma en el mar y la buena temperatura.  Viviendo el instante presente, los momentos de la vida.

Momentos duros de la vida, dignos de todo respeto, personas que tiene  que vivir en la calle, la vida les ha golpeado fuerte y quizás injustamente, que los viandantes miran para otro lado ignorándolos, sociedad vestida por las apariencias, poder y ego elevados al cuadrado. Frio o calor, lluvia o escarcha dureza en los portales, corazones sobreviviendo en busca de respuestas. Foto denuncia. PD. Gracias Ire, ya sabes porque...

El calor durante el día era insoportable, así que madrugaba para entrenar, quedaban meses para la maratón, no era la primera, pero si era especial, las lesiones se apoderaron de mi cuerpo, y mi mente sucumbió con él. Hace un año dude en poner fin a este calvario, dejar de correr y dedicar el ocio a otros menesteres, estaba sumida en una ligera depresión, la ansiedad era parte de mis días. Una noche como dirían algunos, estaba a la luna de Valencia, me levante de la cama, me calce las zapatillas, pille el primer chándal del armario, por cierto el más horrible, salí de noche a la calle, comencé a correr, era de madrugada la ciudad dormía, pocos coches, alguna patrulla de policía, que me observaban desde la distancia, llegue a casa tras cinco kilómetros destrozada, dolores de rodillas, pero mi corazón me dijo " tu puedes" mi mente contestaba, " estas loca" a mi corazón me decía " tu puedes". Elegí seguir la voz del corazón, encontré técnicas para parar la m