Francisco Mira

Recuerdo el verano de 1995 cuando un día del mes de agosto visitaba la ciudad de Segovia, era una tarde calor y después de comer me dirigí hacia la pensión donde estuvo viviendo Antonio Machado cuando vivió en Segovia impartiendo clases de francés. La visita a la Casa Museo de Machado es un recuerdo que llevo en mi corazón como disfrute aquella tarde, haciendo memoria de tal tarde, recuerdo la amabilidad y generosidad del hombre que estaba al cargo aquella tarde la cual nos explico infinidad de sobre la vida del poeta en Segovia. Fueron momentos maravillosos donde recordaba mientras recorría las instancias, el triste final del poeta, un final que no mereció, hoy recuerdo en este 80 aniversario de la muerte de Machado. Es triste dejes tu tierra y salgas de ella para morir al otro lado de la frontera, esperemos que esto no vuelva ocurrir jamás en esta vieja y cansada España de disputas, rencores, envidias y odios. CXXXVI ( Proverbios y Cantares) VI De lo que llaman los hombres vi

Que termine el ocaso de esta tarde. Que las cenizas se evaporen. Y que la vendedora de las flores me sonría. Aquí mirando el mar, sin final de este amor, ni besos, ni caricias, dolor en mis entrañas. Sábados de mendigo, ni rebajas de enero, y sin tarjeta de crédito, solo números rojos en este corazón. Pañuelo sin lagrimas, rosas sin jardinero, tu pubis el purgatorio y yo su esclavo. Ocaso sin final veneno en tus sombras, poeta a la deriva memoria de cenizas. Ateo del mundo, colores difusos, silicona de contrabando, princesa sin corona, príncipe sin espada. A donde voy, quien soy, el fotógrafo sin camara, el amante perdido, el hombre sin huellas, tristes versos como un vulgar oficinista sin oficio ni beneficio, un corazón maltrecho de estrofas vacías y camas solitarias en esta tarde de enero frio y solitario.