Entradas

Mostrando entradas de junio, 2008

Profesores de la vida

Imagen
Se levanto temprano, después de la ducha, tomó un café muy cargado intentaba repasar la agenda diaria, le eran imposible sus imágenes estaban en el último ensayo de la noche anterior, el móvil la relajo, una llamada de un ser especial, siempre atento, en los momentos más duros, la espera, miedos, dudas, incertidumbre todo junto para un día que iba ser muy largo, una conversación en el celular le iba relajando mientras las palabras dulces sonaban en su cerebro como agua bendita, cuando termino la llamada se sentía mejor, una persona feliz desde la distancia que separa ambas ciudades donde cada cual tenia sus actividades profesionales. El móvil seguía sonando llamadas desde las emisoras nacionales, atendía con paciencia y cortesía aquellas preguntas, que eran siempre las mismas, ella pensaba entre pequeñas risas que poca imaginación de los guionistas y conductores de los magazines radiofónicos que luchaban por la cuota de oyentes de la mañana. Hojeo la prensa a la que estaba suscrita

REGALOS

Imagen
Abrí el cajón de mi mesita de noche encontré un trozo de papel blanco con unas letras limpias escritas desde el amor, ternura desde el corazón tierno, tan joven, a la vez madura para su edad, sufriendo desde el silencio, callada con su sonrisa en sus labios, en aquella primavera del 2004 donde inocentemente se topo con una amargura, sé desperto de su sueño, era realidad. Mire aquellas letras desde mi corazón delicado, que luchaba en aquella deriva en alta mar, el velero buscaba el faro que le guiara hasta la entrada de bocana del puerto que le esperaba vestido de luto. Agradecí aquellas sinceras letras impregnadas en una grafía perfecta e inmaculada. Fue como encontrar la estrella que me guiara en el naufragio, me aferré con todas mis fuerzas para encontrar mi salvación. Hoy sábado 14 jun. 08 estaba arreglando mi cajón, alli en el fondo estaba el trozo de papel, mis sentimientos les entrado añoranza de aquellas letras desde el corazón, hace cuatro años, me siento el padre más afor

Mariano el Risas.

Sentando en escalón de mármol que daba entrada del Banco, donde la gente fluía con papeles y caras serias, mientras reía, le miraban como un extraño, algunos con cara de esperpénticos, otros con cara de mosqueo, algunos indiferente, allí estaba riéndose de la vida. Lo había perdido todo, dinero, amigos, amistades, estaba más solo que la una, pasaba los días amargos, era un elemento de la sociedad innecesario, hasta que una noche soñó, que un pobre vagabundo se reía de la vida, todos lo trataban de loco, un día le preguntaron porque se reía, les contesto que la vida le sonreía y él le devolvía la sonrisa, la gente no lo entendía, pero a él que más le daba, quien tenia que entenderlo era él. Alli estaba todas las mañanas Mariano el Risas como lo conocían en aquella villa pegada a las faldas de la montaña, mientras la gente se preocupaba de saber si podía pagar sus hipotecas, si pedían un anticipo para llegar a fin de meses, otros iban a protestar al banco porque sus intereses eran mu

La palabra más triste.

Llegamos al mundo desnudo sin nada y le abandonamos con una caja de pino o en frasco de polvo, sin nada, como venimos a este mundo de los vivos, locos, cada uno con un grado de demencia. La gran mayoría de los vivos o mortales su mente es tener patrimonio para que sus antecesores tengan una vida más placida, no escatiman en sacrificios, sudor, lagrimas, todo por bienestar de sus jueces que son sus hijos. El patrimonio que dejas cuando te vas al otro mundo, no sé cuál, el los adosados silenciosos, aquel que es eterno, eso dicen, porque de alli no se escapa nadie, todos alineados, ordenaditos, mirando fijamente con sus ojos de la foto aquella que estaban muy guapos. Comienza la batalla de los vivos, aquellos que durmieron en la misma habitación hace décadas, que se bañaban todos juntos en verano en la piscina, se reían, peleaban dentro del agua, que de jóvenes se intercambiaban ropa, hasta secretos de los primeros besos, al cabo de años, todos se ponen el casco de guerra, entran en las d

DOS ALMAS

Era un sábado más en aquella ciudad norteña, donde los inviernos eran larguísimos y los veranos pasaban con una timidez tremenda, estaba sentado en la barra del bar, dentro de aquellas paredes amarillentas, detrás de la barra estada decorada con amplio espejo que ocupada toda la parte trasera acompañada de botellas de todos los licores, se miraba se veía cara de derrotado cansado de huir de su pasado, su pelo de ceniza, las arrugas de la frente muy marcadas estaba muy envejecido para su edad, en unos años se había precipitado al vació, tomaba una cerveza fresca, jugaba con el humo del cigarro haciendo círculos cuando lo expulsaba, de vez en cuando miraba de reojo aquella mujer sonriente casi de su edad, que estaba en este país huyendo de la miseria o del terror. Él buscaba su identidad sin salir de su país pero a la otra parte de España. Salió a la calle era de noche camino lentamente por las calles del extrarradio, sin dirección alguna hasta que se topo con unas luces de neon, se ad