Francisco Mira

 El viejo reloj de pulsera,  legado mi abuelo, parte de su vida, que guardo en el cajón de mis recuerdos. ¡ Bendita herencia !, unas manecillas del pasado, las entrañas de una vida y un hermoso tesoro. Hay pequeñas herencias que tienen un valor  emocional que no tiene precio, un viejo reloj, un trozo de corazón de el abuelo. Pasan los años y este simbolismo cada día tiene más fuerza, en él vivieron dudas, incertidumbre y alegrías, que mezcladas entre si, su magnetismo es muy especial, son las entrañas de mis antepasados. El reloj del abuelo  

 Las arrugas son las historias vividas en el caminar de la vida, en cada una de ellas hay un enigma, es el paso de los años, el cumpleaños feliz, las noches de amor, los llantos de una ruptura, los desengaños, las lecciones de esta vida unas muy duras y otras agradables, con el paso del tiempo te das cuenta, que lo malo no fue tan horroroso y lo bueno no era para tanto. Las arrugas y las canas son el paso de los años, es la vida de uno mismo en su interior, que buscan la luz del amanecer, del nuevo día, seguir caminando sin perder la curiosidad de un niño.