Lejos queda el octubre 1984
La España de quintas, petates en el anden, caras resignadas, besos en la despedida. Cuarteles imaginarios novatadas y putadas, juras de bandera, sueños de la blanca en la cloaca humana. Horas en la garita, trajes de emperador, humedad en los huesos, lluvia en los acantilados. Lejos queda la mili, como el vinilo, las cintas de casete, pelos sin canas, y los Larios con Schweppes de limón. Lejos queda Riazor, paseos sin paraguas sábados grises vestidos de personas, unos vinos, unas borracheras. En el vaivén de esta vida lejos queda el pasado de la España del petate y andenes de reclutas con corte de pelo al uno, horas de viaje en el tren del desespero. Lejos queda el octubre 1984 en la caja de los recuerdos, testigo de la juventud, que no ha de volver. Lejos quedan las cicatrices de unos sueños que nunca fueron reales, en el mundo imaginario de desechos y figurines. Lejos...