DOS ALMAS

Era un sábado más en aquella ciudad norteña, donde los inviernos eran larguísimos y los veranos pasaban con una timidez tremenda, estaba sentado en la barra del bar, dentro de aquellas paredes amarillentas, detrás de la barra estada decorada con amplio espejo que ocupada toda la parte trasera acompañada de botellas de todos los licores, se miraba se veía cara de derrotado cansado de huir de su pasado, su pelo de ceniza, las arrugas de la frente muy marcadas estaba muy envejecido para su edad, en unos años se había precipitado al vació, tomaba una cerveza fresca, jugaba con el humo del cigarro haciendo círculos cuando lo expulsaba, de vez en cuando miraba de reojo aquella mujer sonriente casi de su edad, que estaba en este país huyendo de la miseria o del terror. Él buscaba su identidad sin salir de su país pero a la otra parte de España.

Salió a la calle era de noche camino lentamente por las calles del extrarradio, sin dirección alguna hasta que se topo con unas luces de neon, se adentro, tomo un par de copas y acabo comprando sexo, eran dos almas vagueando sin horizonte, pobreza en busca de un futuro o vete saber, eran dos pobres infelices, ella perdida de la promesa de la esperanza de esta tierra donde la crueldad existe entre las que buscan la tierra prometida, cuando acabo su media hora le entro redomordimiento muy grande, aquella chica tenia la edad de su hija, solo diecinueve añitos, en cambio su hija seguro que no había salido de su casa, pues era pronto para empezar la noche por las bares y discotecas tomando litronas en las puertas con su pandilla. Esta estaba alquilando o lo que fuera, pagando con unos míseros euros, la injusticia de la vida, se sentía la persona mas detestada del mundo, sucio, asqueroso, su cabeza solo pensaba en su hija, como había podido acostarse con una pobre muchacha.
Cuando llego al piso que compartía con unos compañeros de trabajo unos colombianos, no había nadie, ellos se estaban emborrachando como todos los sábados, olvidando sus miserias, era una vivienda de alquiler de fracasados, se tumbo en su cama, las imágenes iban proyectándose como en una sala de cine, cuando se apagan las luces, sale el titulo de la película, el silencio invade la sala, fue un hombre poderoso, rodeado de amigos, o gente que le chupo la sangre mientras tuvo dinero y lo pataleo cuando se encontró rodeado de deudas, un emprendedor en sus empresas, pero la avaricia y la envida le pasaron factura, siempre quiso más, al final se precipito por un puente hasta quedar colgado de la cuerda del puenting. Se quedo en el vació, el orgullo le pudo, cuando fue a pedir ayuda todos lo esquivaron. Conoció a gente poderosa, e influyente, políticos, banqueros, siempre en esas cenas donde se discutía el futuro de su ciudad, tuvo a mujeres a su lado, pero fracaso en un negocio por codicia y los bancos, acreedores lo crucificaron como a cristo, con clavos en sus manos y pies en la cruz.
Perdió a su mujer e hijos que le dejaron, su amante a la que quiso como nada, aquella mujer que él siempre creyó que estaba por amor, le mintió, alli estaba en aquel mísero cuarto, donde nadie sabia su paradero, ganando unos 1000 euros al mes trabajando como peón de albañil en una empresa de subcontrata de gas, haciendo zanjas y zanjas sin parar, quien le hubiera dicho que de una mesa de despacho acabaría con un martillo eléctrico, reventado por las noches de las vibraciones, y lo que podía gastar en un día hace años ahora tenia que ir con mucho cuidado para llegar a fin de mes.

Su tristeza le invadía se acordaba de su hija pequeña, la de su amante, que aunque nunca tendría sus apellidos, era su tesoro, hoy era su cumpleaños celebraba 6 añitos y su padre biológico alli estaba derrotado, intentando salir del naufragio, los otros hijos de su matrimonio le detestaban, se acabaron los coches, motos y él fue culpado por ellos por su mujer de todos los males.

A la mañana siguiente sé desperto helado de frio, se había quedado dormido encima de la colcha, o lo que fuera, se levanto se abrigo salió por el paseo de la playa de Riazor, anduvo empapándose del agua fina que caía, mientras intentaba olvidar el pasado, necesitaba encontrar un cementerio donde enterrar el pasado, pero le era imposible, pasaban los días y la losa era más pesada. Su conciencia le martirizaba, pero empezaba a comprender su soledad, no-tenia amigos, solo compañeros de trabajo, pero se ayudaban todos para sobrevivir en esta vida de vivos entre los muertos que pululaban la ciudad, debido al trabajo perdió diez kilos, estaba flaco, tenia casi cincuenta años, pero aparentaba algunos más.

Todos los sábados iba al bar donde estaba la María que era de Medellín y pasaba la tarde conversando con aquella mujer que tenia palabras para todos, tomando un par de cervezas, cuando cerro el bar salieron a dar una vuelta los dos juntos, nunca había hablado con ella fuera del bar, pasearon un buen rato platicando sobre sus vidas, la noche estaba clara, se veía la luna llena en aquella noche de verano, la cogió de la mano, sintió el calor de sus dedos sudorosos, acabaron las dos almas rendidas en la cama de ella, eran dos náufragos de amor, dos pasados para el olvido, que ninguno lograba evadir, se entregaron como dos adolescentes que comienzan a descubrir el amor por primera vez, dejaron atrás sus penas, la dureza de la vida, las huidas de ambos, los llantos por unas risas sinceras que salían desde el corazón, se amaron esa noche hasta el infinito, cuando acabaron se quedaron cogidos el uno al otro pegados sus cuerpos, entrelazados de sudor, mirándose en silencio, un silencio que tenia palabras hermosas para dos vagabundos de la huida, se levanto puso un CD en el modesto reproductor comprado en el mercado negro y sonó la música de Shakira, comenzó enfrente de la cama desnuda mientras su cuerpo bailaba la danza del vientre, él lloro de ver lo bella que estaba, sus ojos no veían defectos en aquel cuerpo curtido y duro ante las adversidades, ella reía como hacía años atrás en su país hasta que las balas le robaron la sonrisa.

Lo perdió todo en esta vida, pero ahora acaba de ganar una persona que ambos se necesitaban, sabían que no podían olvidar, pero tenían que mirar hacia otro lado y caminar, porque la tumba les esperaba, esta era la forma de decirle iban a luchar por tardar en ver aquella tierra húmeda donde yacerían, les quedaban años, contar, amar, vivir, saborear un trozo de alegría que sus cuerpos necesitaban seguir creyendo en algo, él en su hijita que la llevaba dentro de su alma y ella a que algún día se hiciera justicia con la muerte de su hijo.

Mientras seguía sonando la música, dos almas perdidas se encontraron para poder soportar la carga pesada de la maldita soledad que les estaba ahogando.

Comentarios

Merl adoro tus historias trágicas con grandes finales, siempre dejas lugar para la esperanza. Al final por mucho que se sufra siempre se encuentra una sonrisa de la que prender el amor y la felicidad.

Por cierto a ver si contestas a la gente que te comenta en los post!! Si si rollo foro, pues lo mismo.

Besos.
Unknown ha dicho que…
ES UN RELATO MARAVILLOSO, ME HA ENCANTADO, Y COMO SIEMPRE, CON LAS PUERTAS ABIERTAS A LA ILUSION Y LA ESPERANZA.

DOS ALMAS SOLITARIAS QUE SE UNEN, PUES QUE BONITO. LA SOLEDAD ES UNA MALA COMPAÑERA, AUNQUE MUCHAS VECES ES LO QUE HAY, NO PODEMOS ELEGIR.

MUCHAS GRACIAS, POR DEJARME COMPARTIR CONTIGO ESTOS MOMENTOS. QUIEN SABE LO QUE NOS DEPARARA ESTA VIDA.

UN BESAZO CAPITAN.

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