Elecciones al parlamento Europeo 2014


Tristes personas,
tristes, tristes, tristes,
hombres y mujeres.

De corbata de seda,
y cheques en la cartera.
Bolsos de piel,
abrigos de visón.

Dueños del sillón,
escaños comprados,
de viejas promesas.

Teatro de ficción,
palabras al viento,
hambre de poder.

Calles mojadas,
lagrimas del pueblo,
impotencia y desazón.

Cuatro años y,
otros cuatro más,
algunos han perdido
la cuenta.

Tristes personas,
tristes, tristes, tristes,
personas.

Políticos con hambre de poder.


La clase política ha perdido toda la credibilidad, son acomodados del buen vivir y mejor comer, vendedores de promesas falsas a costa de la manipulación de la realidad.
Amantes de la palabra.
Dioses de la oratoria.
Retórica en sus labios.

Vividores del sudor ajeno.
Falsas promesas.
Verdades y mentiras.


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