Noche perruna

La noche había sido larga y tediosa, las alarmas solo hacían que saltar, los informáticos sudaban delante de las pantallas para poder restablecer la central. Los vigilantes no daban abasto recorriendo cada falsa emergencia, en cada una tenían que verificar la falsa alarma, al amanecer dejaron de sonar, era algo muy raro. Nunca había pasado, los informáticos creían que era un virus, el jefe de seguridad no se fiaba de nadie. La noche había sido festiva en todo el país, en cambio para ellos, fue noche de perros. Ahora subía las últimas cuestas para llegar a la alcoba, olvidar todas las carreras por las empresas del polígono. Caminaba lentamente mientras apuraba un cigarrillo y con las primeras luces del día, todo era más claro, piratas en la red con ganas de divertirse.
Noche perruna para olvidar.

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