La voz

El calor durante el día era insoportable, así que madrugaba para entrenar, quedaban meses para la maratón, no era la primera, pero si era especial, las lesiones se apoderaron de mi cuerpo, y mi mente sucumbió con él. Hace un año dude en poner fin a este calvario, dejar de correr y dedicar el ocio a otros menesteres, estaba sumida en una ligera depresión, la ansiedad era parte de mis días. Una noche como dirían algunos, estaba a la luna de Valencia, me levante de la cama, me calce las zapatillas, pille el primer chándal del armario, por cierto el más horrible, salí de noche a la calle, comencé a correr, era de madrugada la ciudad dormía, pocos coches, alguna patrulla de policía, que me observaban desde la distancia, llegue a casa tras cinco kilómetros destrozada, dolores de rodillas, pero mi corazón me dijo " tu puedes" mi mente contestaba, " estas loca" a mi corazón me decía " tu puedes". Elegí seguir la voz del corazón, encontré técnicas para parar la mente y el dolor.
Quedan unos cuantos meses, cada día estoy mejor, esta puede ser la maratón de mi vida, el resultado es vencer a mi mente, cada mañana entreno duro, disfruto del momento, escucho la voz de mi corazón, reímos hasta desfallecer.

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