La estrecha línea que nos separa

Nos creemos invencibles, vivimos creyendo poseer la siempre la verdad, nos miramos al espejo y vemos los defectos del otro, somos de memoria corta, dados jugar en el sensacionalismo de la vida, somos de aplauso fácil, de critica feroz, creemos tener personalidad y simplemente somos manipulados.
Hay una estrecha línea que nos separa, nos cuesta de ver, todo es tan simple que miramos para otro lugar, nos duele pensar, por eso evitamos tal menester, los más ociosos en su ansiedad recorren el alcohol por las barras de los viejos antros.
Somos una sociedad manipulada, dependiente de los ansiolíticos, buscamos fuera recomponer las miserias de nuestra vida, cuando nuestra esencia esta dentro de uno mismo. Somos EGO, y es la gran perdición porque entre la vida y la muerte, solo nos separa una línea estrecha, aquella nunca sabemos cuando la cruzaremos, entonces las miserias vestidas con el ropaje del EGO desaparecerán en el infinito de las tinieblas imaginarias que no nos dejaron vivir en armonía.