Toques de despedida.

Toques de campana largos, lentos, duros, solitarios. Resonaban por las calles del pueblo, corazones fríos, almas desangeladas, vello de punta, sangre helada recorría entre la muchedumbre agolpada en la plazoleta donde la campana desde lo alto divisaba,
rostros serios, fríos, ojos que se resguardaban tras gafas oscuras, caras conocidas. El templo era oscuro, la belleza barroca se vestía de luto, como tantos días, hoy predominaba el negro.
Personas de todas las edades, tres generaciones en muchos de los asistentes, despedían al viejo profesor, hombre vocacional, amante de sus amigos, hombre cabal.
Los hombros de sus alumnos le transportaban, el pequeño pueblo estaba paralizado, el sol brillaba con rabia quería estar presente, mientras de camino al campo santo por las calles estrechas, se podía oír el toque de campanas.
Toques fríos , toques de soledad, toques de tristeza, toques de despedida.
Toques en honor a Don Andrés, maestro de primeras letras.
Maestro de corazón.
Maestro de la vida.
Maestro de la razón.
*Quiero morir cuando decline el día
en alta mar y con la cara al cielo;
donde parezca un sueño la agonía
y el alma un ave que remonta el vuelo.
No escuchar en los últimos instantes
ya con el cielo y con el mar a solas
más voces ni plegarias sollozantes
que el majestuoso tumbo de las olas
Parte del poema.” Para entonces” de Miguel Gutiérrez Najera.
Toques de despedida.
Comentarios
Un relato muy descriptivo, y un bello poema, Merl.
Un abrazo.
Abrazos.
ESPERO QUE COMO EN EL ANUNCIO, AL MENOS LE DIERAN UN HOMENAJE ANTES DE MORIR, PARA SENTIR EL CALOR DE SUS ALUMNOS.
UN BESO.
La muerte de los demás, no hace reflexionar en la fragilidad de nuestra vida.
Un abrazo
Antoñiko, otro colivenc más..
www.bomb-kids.blogspot.com
Un beso