El blog.



Eran las cinco de la mañana comenzaba su jornada laboral, la orquesta de los sonidos maliciosos que odiaba la gente aun quedaban dos o tres horas para comenzar amargar el día a los cuerpos desnudos que envueltos entre nórdicos descansaban placidamente.

Como todos los días empujaba su carro e iba vaciando las papeleras, limpiando las aceras solitarias en el frío que acompañaba a su cuerpo bien abrigado, se inventaba historias mientras mecánicamente trabajaba, el minutero del reloj de pulsera avanzaba a paso de procesión a golpe de tamboril.
Nadie como él conocía los colores de un amanecer, la semioscuridad teñida de rostros anónimos que desfilaban ante él, zapatos ante sus ojos esquivaban su cepillo y las historias ante esos pies, iban tomando forma, hombres y mujeres, adolescentes, miserias, excentricidades, rarezas, secretos, mentiras, todo se podía mezclar en sus vidas, paisajes de colores de todas las tonalidades, cuadros sin pintar, fotos perdidas, promesas traicionadas, olvidos del alma, miedos, fobias con la llegada de la mañana en su plenitud los relatos iban tomando cuerpo entre hojas caídas en el suelo que pasaban a formar parte de su carro, era una forma de pasar el tiempo lo mejor posible mientras su monótono trabajo podía hacer una jornada maratoniano donde nunca ves la meta.
Con la llegada del ocaso del sol invernal, comenzaba su verdadera pasión, se sentaba delante de su ordenador, sus historias matinales de su memoria se deslizaban entre las manos del teclado, como un patinador en una final patinaje artístico donde sus acrobacias y movimientos son perfectos.
Las viejas ideas matinales iban tomando matices, engalanado a los personajes de colores vivos, mezclando contradicciones entre ellos, llenos de enigmas, donde se confundían la vida con la muerte, el amor con el odio, el joven con el viejo, todo se convertía en relato con viveza entre sus sentimientos.
El viejo reloj de pulsera ahora avanzaba a velocidad de vértigo, en esos momentos el monoplaza de formula 1 era el minutero que se perdía en el tiempo donde las letras encontraban sentido en la vida.
Cada noche sus relatos quedaban escritos en su bloger, la pantalla virtual del universo, al ir a dormir dibujaba los personajes que se asomaban a su ventana del mundo, se convertían en las velas que iluminaban sus escritos en la oscuridad de la noche.

Todos los días una mujer de mediana edad de cabellos  rubios cuerpo envidiado en su juventud de posición acomodada desde una gran finca de tierras en un país sudamericano se asomaba a la ventana del hombre que siempre amo en silencio que hoy estaba al otro lado del atlántico, dejaba su comentario con un seudónimo que el nunca conocería, porque en esta vida la elección nunca es como uno quiere.

Comentarios

Flautista de Neón ha dicho que…
Como siempre, tus relatos me envuelven, como sedante para mi alma.

Una bonita historia, llena de magia, que en la realidad se repite en innumerables rincones del planeta.

Un abrazo cálido, desde un lugar, en medio del Atlántico.
anjali ha dicho que…
El mundo está lleno de pequeñas historias, que solo necesitan para ser grandes la pluma del artista.

Tu entrada de hoy me ha hecho reflexionar sobre cuanta gente desconocida nos cruzamos continuamente por la calle. Y detrás de cada uno de ellos se esconde toda una compleja existencia.

Un fuerte abrazo.
Pluvisca ha dicho que…
Genial relato mErL,una realidad narrada con una suave y natural destreza.

Detrás de los desconocidos que pasan a nuestro lado, hay una historia singular, una vida...

Un abrazo
Carmen ha dicho que…
"Todo hombre que conozco es superior a mí en algún sentido. En ese sentido, aprendo de él"

No somos nuestro trabajo, no somos nuestra condición social o económica. No solo somos padres, esposos, hijos... Somos personas. Somos únicos e irrepetibles.
Nadie es más que nadie y por eso todo el mundo merece respeto.

¿Sabes? Cada mañana cuando voy a trabajar me cruzo con el barrendero. Hemos adquirido la costumbre de desearnos los buenos dias y creo que ambos agradecemos el gesto.

Bonita historia, Merl.

Un beso.
MATISEL ha dicho que…
Qué tierno relato de ese hombre anónimo que observa el mundo desde su agotador horario y su trabajo rutinario... y lo transforma en relatos llenos de calor.

Porque el hábito no hace al monje.

Un abrazo
Paco Mira ha dicho que…
Cada persona es un pequeño relato dentro de muchos, esa es la vida de mucha gente anonima que vive la vida desde el corazón.

Muchas veces la elección no es la deseada, la vida o el destino es quien elige, solo puedes dejarte llevar lo mejor posible.

Un abrazo a todos los que dedicais un pedazito de vuestro tiempo en leer en este humilde blog donde la vida entra a esta ventana para intentar ser un poco mejor en esta vida fácil pero complicada por los que lo habitamos.

Un saludo aquellos que leen, no comentan porque no les apetece, por pasar por aqui, dejar aqui unos minutos de vuestra vida.

Gracias. FLAUTISTA, ANJALI,PLUVISCA, CARMEN, CAMINANTEDENOCHE.
Unknown ha dicho que…
PRECIOSO MERL, TIENES RAZON, LA VIDA NO SIEMPRE ES COMO UNO QUISIERA, Y LOS CAMINOS QUE ELEGIMOS UNAS VECES ACERTAMOS, PERO OTRAS, NOS EQUIVOCAMOS.

UN BESO.

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