Antonio Machado



Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.

Un 22 de enero de 1939 Antonio Machado salía de Barcelona en una ambulancia que les ocultaba de la huida, a su madre enferma, Antonio, muy quebrantado; José, el hermano pintor, y su esposa, Matea Monedero. El vehiculo apenas podía avanzar en medio de la avalancha de los que escapaban de la triste España por cualquier medio sin orden y concierto.
El 28 de enero se instalaron en un pueblecito francés, Colliure, la pobreza en los españoles es tan extrema que los Machado la sufren, no tienen más lo que llevan puesto, ni ropa, ni libros, ni casi dinero, solo tenían un poco les habían dejado. La dueña de la pensión, que por su natural o por su origen es española se apiada de este grupo tan serio, tan triste, que se sientan en un rincón de la mesa del comedor, observa que no bajan todos juntos a comer, hasta que averigua que cada uno solo tiene una camisa, cuando la lava, usa la del otro para bajar al comedor vestido decorosamente, luego sube a la habitación se la devuelve para que baje a su vez., Madame Quintana entonces le proporciona algo de ropa para todos.
La madre cada vez estaba más enferma, Antonio anda con la salud muy quebrantada, solo alguna vez dio un paseo con su hermano José.
Antonio solo llego a escribir fuera de España un solo verso, que guardó garrapateado en un papel en el bolsillo del abrigo y que su hermano José encontró a su muerte.
- Estos días azules y este sol de la infancia-

El 19 de febrero se metió en la cama estuvo tres días agonizando al lado de la madre, que, en estado en coma, agonizaba también. Para ella fueron sus últimas palabras. ¡ Adiós madre, adiós madre! , pero ella no podía oírlas. El 22 de febrero de 1939, a las tres y media de la tarde murió Antonio Machado.
En el sepelio del día 23 entre los asistentes sólo hubo dos figuras de importancia: Julián Zugazagoitia, hombre de confianza de Negrín y el Jefe militar del bando republicano, el general Vicente Rojo. Zugazagoitia hablo en el entierro, Rojo calló. La mortaja, por decisión del hermano fue una sencilla sabana blanca, el ataud cubierto de una bandera española republicana. Algunos republicanos que estaban cerca de Colliure al enterarse se acercaron a despedir al poeta en un entierro de tristeza, soledad y pobreza escalofriante.
Manuel Machado hermano de Antonio en julio del 36 cuando empezó la guerra estaba en Burgos visitando a una hermana monja de su mujer Eulalia y prima de los machado. Allí vivieron durante la contienda, Manuel se entera de la muerte de su hermano por el cartero que le traía la prensa y le dijo haber visto la noticia en un periódico extranjero. A pesar de las dificultades, consiguió pasar a Francia y llegar a Colliure pocos días después del entierro, encontrándose, junto a la tumba de su hermano, la de su madre que desconocía.

- Y cuando llegue el día del último viaje
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar
Me encontraréis a bordo, ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar-


Hoy quiero rendir un pequeño homenaje a uno de los grandes poetas españoles que sus letras siguen acompañados en estos días, letras inmortales, de todos son conocidos sus poesías, ensayos, el amor a su amada fallecida. Escribir de la obra Antonio Machado esta casi todo escrito, he querido hacer este sencillo homenaje a un poeta que a la hora de su muerte fue tan triste como la de tantos españoles, aunque fuesen de diferentes ideologías, donde que decir, Antonio abrazo la republica, y Manuel se considero conservador, los dos sufrieron la pena de la desolación, tristeza y lagrimas.

Datos y fotografías extraídos del premio espejo España 1994.

Comentarios

Flautista de Neón ha dicho que…
Yo también me uno a este pequeño homenaje a Antonio Machado, por habernos dejado tan hermosa herencia cultural.

Un saludo afectuoso, amigo Merl.
Pluvisca ha dicho que…
Es inmortal para nosotros y me uno a este homenaje tan hermosos que le reindes mErL

Un abrazo

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