Ave de paso
Quisiera ser ave de paso, sin
parada en ninguna estación, y huir en el tren del olvido. Desnudo sin
apariencias, ni ataduras, buscar la felicidad en cada amanecer que el cielo se
viste de colores hermosos, amarillo, rojizo y gris. Caminar en los atardeceres, disfrutando del ocaso de los días. Dejar detrás el pasado enterrado en el
jodido mundo de las personas sin sentido. Encontrar los besos y los ojos
enamorados de la niña que sueña en ser toda una reina de los cuentos de
hermosas mujeres.
Te regalare un bella flor, el
día de boda, sin altar, ni juzgados, solo con unas palabras de mi boca, desde lo más profundo del corazón. Serás mi
flor, dulce amada, te cuidare, te mimare, desnuda al amanecer te dibujare con
lápiz y carboncillo. Y una noche bailaremos a la luz de la luna un vals de los
enamorados que me inventare para ti, suspirare
el oído mis plegarias de amor.
En este paisaje del mundo apago la luz, cojo el
tren en busca de viejos y fugitivos amantes, como un ave de paso, vuelvo en
busca de un mejor clima.
Quisiera ser un ave de paso.
Una cigüeña en el sur.
Un viajero perdido.
Un fugitivo de la vida.
Un hombre sin apariencias.
Y una mochila vacía.
Dormir en colchones.
Sabanas solitarias.
Besos pasionales.
Quisiera ser un amante.
Todo un caballero.
Un amante de camas vacías.
Huir cada madrugada
En un tren del olvido.
Dejando una carta de amor.
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