La estación llora la soledad, nadie la recuerda, cuando era el destino hacia la libertad. Tarde de sábado, nadie por los arcenes, ni pasajeros, ni trenes por las vías, a lo lejos se escucha pasar el Ave destino la inmediatez, alejado de las vías de la anciana estación. Hace un siglo era el nudo ferroviario del Levante español, hoy simplemente es abandono y desidia. Tarde de Otoño. Soledad en las vías. Pasado en las venas. Refugio de los desesperados. Maletas de madera y sueños. Esperas por los andenes. Vieja estación. Pedanía de la Encina. Corazón ferroviario. Trenes carbón, trenes de vapor, por ella pasaron, en las noches de niebla y mañanas frías de las puertas de la Mancha, cambios de ajugas, silbato del jefe de la estación, militares con el petate a cuestas a punto de partir hacia el cuartel del destino, sacas de correos por el anden, en ellas cartas de amor, cartas de despedida, o simplemente cartas sin sentido. El tren en los años sesenta era libertad, d...