Orfidal

 




Cuando todo es oscuridad, comienzas a ver las luces del nuevo amanecer, dejas de llorar, la angustia poco a poco se va calmando, los sueños difusos  se esconden, la noche fue dura y tormentosa  en la pantalla cinematográfica de mi mente entre la realidad y la ficción, que no sabía distinguir. Mientras la lluvia golpeaba las ventana, el cielo era en momentos iluminado por los relámpagos, las sombras eran dueñas del habitáculo, los fantasmas deambulaban  a sus anchas, viejos recuerdos dolorosos  que se mezclaban en los delirios noctámbulos entre voces difusas.

Al final me adentre en el sueño profundo, la lluvia ceso en la madrugada y la calma volvió al final de la noche. Al alba llego la tranquilidad una noche para el olvido sin orfidal que se quedo en la mesita de noche.       

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