El de los ovnis
Erase una vez un hombre que iba todo el año con sombrero de paja, jersey rojo de lana, pantalón de pana marrón y alpargatas igual daba que fuera 15 de Julio caloroso o 15 de enero nevado, siempre la misma ropa, en el pequeño pueblo montañés donde vivía, los vecinos lo conocían por el espantapájaros. El nunca tenia una mala palabra y ni un mal gesto para nadie, a pesar de las burlas y comentarios jocosos.
Le encantaba sentarse debajo de los cipreses y pasar las horas de descanso leyendo, sobre todo de misterio, astronomía, meteorología y física, decía creer en los ovnis, y en el más allá, a pesar de llamarle por algunos los más jóvenes el loco de los ovnis, se dedicaba a sonreír. Un día estaba sentado el centro de la plaza mayor del pueblo debajo de un árbol centenario que la presidia, se le acercaron unos turistas preguntando por un señor físico que vivía en el pueblo, él los miro y dijo que era servidor, la cara de extrañeza era palpable, el no dudo en decir, soy físico por afición y pasión, para mis vecinos el espantapájaros o el loco de los ovnis, pero quieres que les diga una cosa. No lo tomo en cuenta, yo soy feliz, con poca cosa y con mi vida, estos siempre se están quejando si llueve por que llueve, si hace calor porque hace calor, que el campo no les da para vivir, y se pasan muchos días en la barra del bar bebiendo y malgastando el dinero en las maquinas tragaperras, y aguantando las broncas de la parienta por gastarse el dinero en tal menester, en fin ellos creen ser felices y jueces de la vida ajena. Y aquí el loco de los Ovnis es feliz con libros física, de misterios y observando la madre naturaleza y el cielo que es quien marca los ritmos. Pero soy un espantapájaros, que trabaja la tierra y la observa, disfruta de ella como un niño sin prejuicios.
Comentarios