Mi pequeño homenaje.



El manto blanco cubría los campos aceituneros, los hombres bien abrigados trabajaban a destajo, el tiempo era el enemigo el hambre era la necesidad, niños, madres, recogían las aceitunas sobre la capa fina de nieve, Enero golpeaba fuerte en los rostros de las gentes jornaleras, nadie paraba, había que acabar una finca para empezar otra, poco trabajo durante todo el año, no se podía desperdiciar la oportunidad de estos meses de recolección, solo descansaban los domingo la guardia civil vigilaba con recelo que este día se trabajara.

Hombres aguerridos, duros, con ideales silenciosos, amaban la libertad, que bella palabra, la libertad estaba entre las cadenas que oprimía al pueblo, allí aquellos perdedores de ideales entre olivos trabajaban duro para sobrevivir en paz con la máxima dignidad posible que alguna gente les negaba.
En verano recorrían los pueblos de la España calurosa con sus heladoras al hombro vendiendo helados, días donde el calor era insoportable, el sudor, cansancio se mezclaba en jornadas interminables al terminar el estío trabajaban en la alfarería castellana en la teja.
Años duros, poco trabajo, condiciones duras, todo ello acompañado con ganas de vivir de mirar al frente seguir luchando por una vida digna.
Con boina negra, pantalón y jersey de pana, cigarro a un lado de su boca, manos de callos duros, mirada fría estaba un gran hombre trabajando a destajo, era el guardián de su hija y mujer.

Mi abuelo Roberto.

PD. La foto es del año 1929 en Getafe en verano vendiendo helados. En aquellos años contaba con 24 años muchos años trabajando y los que le quedaban iban a ser muy duros comenzando por la guerra, la muerte de un hijo pequeño durante la conteinda y la enfermedad de su mujer durante muchos años.
Si algo admiro fue la complicidad de mi madre y de él, fueron un autentico tandem de la vida, un ejemplo para nosotros es decir sus nietos.

Comentarios

Pluvisca ha dicho que…
Hombres fuertes y con coraje, si señor. Mi abuelo fue de esos, gente con mucho valor, con ganas de salir adelante y amando a los que le rodeaban.
Un relato Merl muy evocador y lleno de pasión.

Un abrazo
Carmen ha dicho que…
¡Qué hermosisimo relato, Merl!

Me gustaba escuchar los relatos de mis abuelas y de las personas mayores.
Qué vidas tan duras, cuántas penalidades para sacar adelante a sus hijos, para sobrevivir en unos tiempos en los que carecian de casi todo. Gentes aguerridas, luchadoras y a los que les tocó vivir una dura guerra y una no menos dura postguerra.

Bonito homenaje, Merl.

Un abrazo.
Unknown ha dicho que…
HACES MUY BIEN EN HOMENAJEAR A TU ABUELO, ELLOS SI QUE TENIAN QUE LUCHAR DIA A DIA PARA SACAR A SU FAMILIA ADELANTE, Y NO EXISTIAN DOMINGOS NI DIAS FESTIVOS Y LA JORNADA DE TRABAJO ERA DE MUUUCHAS HORAS.

HOY EN DIA VIVIMOS EN OTROS TIEMPOS, Y HACES MUY BIEN EN RECORDAR QUE NO HACE TANTO, LA VIDA ERA ASI DE DURA. QUIZAS CUANDO NOS QUEJAMOS, DEBERIAMOS DE PENSAR EN NUESTROS ABUELOS.

SEGURO QUE TU ABUELO ROBERTO, DESDE ALGUN SITIO, ESTARA MUY ORGULLOSO DE TI, PUES ERES UNA GRAN PERSONA, Y SEGURAMENTE, EL TUVO MUCHO QUE VER QUE TU SEAS COMO ERES.

UN BESO MERL.
Flautista de Neón ha dicho que…
Son tiempos pasados que dejaron mucho dolor.
Pero en ellos están nuestras raíces. Y es todo un honor este pequeño homenaje. Pequeño, pero grande, en cuanto a contenido.

Un abrazo, amigo Merl.
AdR ha dicho que…
¡Mi abuelo también vendía! :)

Aunque suene a tópico, pero yo soy de los que piensan que los hombres de ahora no somos como los de antes.

La guerra los cambia.
Abrazos.
Paco Mira ha dicho que…
Pluvisca fueron hombres duros que las circustancias de la vida les hizo madurar antes.
Un abrazo.

Carmen. A mi me encanta oir a mi abuelo que me contara cosas de antes, siempre fui muy curioso en esos temas, pasaba grandes ratos agradables.
Un abrazo.

TITANIC. Asi es hoy vivimos en otros tiempos somos muy quejicas de cosas intrascenedentes si nos informaramos del pasado quizas seriamos mas consecuentes con nuestras quejas.

Un abrazo.

Flautista. Ellos son parte de nuestras raices,son el espejo donde tenemos que aprender.
Un abrazo.

AdR.En la zona del levante o valenciana muchos hombres en invierno almacenaban la nieve en pozos de nieve de las montañas de sus localidades y al llegar el verano la trasformaban en helados que saciaban la sed a muchas personas en verano, como por ejemplo el agua limón o la agua cebada muy tipica en estas tierras.

Un abrazo.

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