La Visa




Me he levantado en esta mañana lluviosa, las calles repletas de lagrimas, la soledad dominical transita por sus maltrechas aceras. Te escribí una carta de amor y no contestaste, te llame a tu móvil y la voz maldita de apagado o fuera de cobertura es constante una y otra vez.
Te escribo poemas de amor en mi diario todas las noches entre la soledad de la luz del flexo y la pluma que me regalaste.
Después de cuarenta años de amor, lucha, entrega, sudor y callos de nuestras manos, llenas las maletas desapareces y me dejas los recuerdos en las paredes. No me importa con quien te vas, sabes que eres un sesentón viejo que se cree que esta enamorado, la princesita es joven de buen cuerpo, dulce de palabras que te embelesa sus encantos de silicona. Eres carne de cañón, querido hombre de pelo blanco, marioneta de tus días, amor juvenil.
Soledad la noche que tus números de la cuenta entren en el color rojo. Te acompaño en el sentimiento. Polvos bien pagados. Nada es gratis querido, que dentro de un par de años dormirás en cualquier albergue, hombre enamorado de la rusita de cabellos rubios, que se debe mover en la cama con diosa. El hombre que se cree Rey paga sus tributos.
Polvos de amor. Polvos bien pagados. Polvos de la Visa.
Hasta el FIN DE LA VISA.

Comentarios

Pluvisca ha dicho que…
Y hay tantos y tantos...

Un abrazo

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