Aquella mañana el cielo nos abrazo, el diluvio invadió las calles desérticas, los pocos transeúntes corrían para resguardarse, mientras nosotros bailábamos en mitad de la calle. Nos hicimos promesas, conjuramos nuestro amor, cantamos bajo el diluvio, el cielo se iluminaba y después los truenos ensordecían, seguíamos bailando en medio de la calle y algún coche que pasaba nos miraban con extrañeza. Te encontré llorando en un portal de madrugada, te pregunte, que te pasa. Me miraste y pensaste tal vez, quien es este loco que camina solo por la ciudad. Niña porque lloras, te pregunte otra vez. Te vas quedar helada, hace mucho frío, dentro de nada puede empezar a llover. Sentada en el viejo portal con la cabeza agachada entre sus brazos. Levantaste la cabeza y te di la mano, te levantaste y tus ojos repletos de lagrimas caminamos lentamente por la acera, las luces de las farolas se mezclaban con el tímido amanecer. El silencio acompañaba nuestros pasos, en tu ro...