Recuerdos en el espigón

Puedo soñar la realidad,
mirar el mar,
y que mi voz llore de felicidad.
Dejar los recuerdos
en el espigón frente al puerto,
bajo el sol de poniente
y el cálido viento.

Desnudo con el amor
frente a ti,
mi corazón no duerme
en busca de una estrella
silenciosa e olvidada.

Labios del frenesí,
besos de fresa y nata,
ojos verdes,
elixir de mi memoria.

Bebamos del buen vino
brindemos frente al acantilado,
escribamos un cuento
sin princesitas ni ranitas,
reinventamos los finales
de los puntos suspensivos.

Tal vez fue una historia
del amor barnizado,
un paseo,
una ciudad,
viejos amantes,
besos en el espigón.

Y es que el amor
es una ecuación de espinas
y de risas,
un bucle repetitivo
de unas locuras
y unos cromosomas.

Recuerdos en el espigón.




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