Los años robados.
Dijo un día, se acabo, y desapareció arrastrando los pies entre los recuerdos de las tardes por la dársena. En una tarde del cielo gris amenazando lluvia, el tren del olvido partió de la vieja estación para el destino final del amor.
Con el tiempo me di cuenta que ella había sido toda la vida una cobarde que vivía una doble vida la de su corazón y la del miedo, siempre iba huyendo de la realidad porque en ella estaba la verdad que no quería reconocer. Se largo con los besos prestados y los sueños robados, las cartas de amor se esparcieron en cenizas, misterios de la vida, cuando la olvide fui feliz, las noches oscuras dejaron de existir, los secretos se diluyeron, la memoria del pasado dejo de existir.
Tardes soleadas,
ocaso por el oeste,
paseos en invierno,
cabellos al viento.
Cogí el papel lo rompí mil pedazos lo arroje al mar, el amor si diluyo, nunca quise saber nada de su vida, me da igual, que sea feliz o infeliz, fue una anécdota de la vida.
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