El cántico del triunfo

 



Hazme saber, amado de mi alma,

dónde apacientas el rebaño.

Dónde lo llevas a sestear a mediodía.

Qué bellas eres, amada mía,

¡ qué bella eres !


¡ Palomas son tus ojos!.

Me ha llevado a la bodega,

y su pendón que enarbola sobre mí es Amor.


Su izquierda está bajo de mi cabeza

y su diestra me abraza.


Empieza a hablar mi Amado

y me dice:

Levántate, amada mía, hermosa mía y vente.


Porque, mira, ha pasado ya el invierno,

han cesado las lluvias y se han ido.

Aparecen las flores en la tierra,

el tiempo de las canciones ha llegado,

se oye el arrullo de la tórtola.


¡ Levántate, amada mía,

hermosa mía, y vente!


Mi amado es para mí y yo soy para mi amado:

Él pastorea entre los lirios.

Antes que sople la brisa del día

y que huyan las sombras.

EL CANTAR DE LOS CANTARES. 

LA BIBLIA. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Con la mirada ausente.

BOTAS DE TERCIOPELO

Crear.