CUMPLEAÑOS.


Era un día de finales de enero, primera hora de la tarde, el dársena del puerto recibía a unas cuantas embarcaciones de ensueño, hacia calor en esta ciudad costera, a pesar de ser invierno, los alrededores estaban repletos de gente de avanzada edad que paseaba muchos con gorra y bastón, otros apoyándose de su pareja, y algún deportista corriendo entre zigzag esquivándolos.

Sentada en la terraza de la cafetería del puerto, moviendo la cucharilla lentamente a la taza de café con leche, mirando a lo lejos la línea divisoria donde se pierde el azul del mar, se encendió un cigarrillo en la primera bocanada de humo se perdió, vestida con camisa blanca, falda negra por encima de las rodillas, con medias negras las piernas cruzadas entre sí, zapatos negros de tacón alto, hoy el día de su cumpleaños, esta triste, melancólica, 50 años, con su pelo caoba, recién salida de la peluquería, mientras le tintaban el pelo se miraba al espejo, su frente cada día las arrugas eran mas patentes las cremas las disimulaban, pero sentada alli en aquel sillón, las comisuras de los labios cada vez eran más marcadas, quizás la cara, pensaba, su cuerpo se mantenía bien para los años, las caderas se empezaban a rebelarse, miraba a las mujeres alrededor, ella se encontraba muy bien, solo el rostro, siempre fue una mujer deseada por los hombres.

Nunca supo de verdad si la amaban o solo le deseaban, si era un objeto, o de verdad sentían amor, siempre tuvo sus dudas, la adoraban, pero a la vez era odiada por quien no la poseía, la envidia de las mujeres le hizo mucho daño, y aquellos hombres que no la conquistaron la trataban de facilona.

Se estaba engañando no quería a su pareja, vivía por comodidad, mientras otras trabajaban, ella era una reina, unos años atrás creía que era feliz, pero hoy se estaba sincerando, muchos años de mentira, de falsedad, engañándose, perdidos siendo una señora, pero de que, se repetía, tenia todos los caprichos, si, pero no-tenia amor, quizás, no estaba enamorada. En el fondo era una derrotada. Cumplir años de muerte, porque no sentía nada, solo el humo que le llegaba a los pulmones entre las caladas del cigarrillo rubio.

Se levanto se fue por el paseo del puerto caminando lentamente con gafas de sol cubriendo los ojos, las lagrimas afloraban en ellos, con la cabeza agachada, sin destino fijo, solo la calmaba el tabaco, el olor a suciedad del puerto la volvió en si, avanzo rápidamente, se estaba despidiendo de su pareja, de su amante, la doble vida la había desgastado mucho, se sentía perdedora, las contradicciones le habían consumido, no saber que olor corporal elegir, el amante joven o su pareja de mayor edad, se sentía sucia, al pasar por la parada de Taxis, se sentó en uno, pidió que la llevara al aeropuerto. Atrás se quedaba la ciudad la circunvalación estaba repleta de coches que se dirigían en la misma dirección, el conductor un hombre acostumbrado aquel devenir ni se inmutaba de los sonidos de cláxones, de vez en cuando se notaba observada por el espejo, mientras disimulaba mirando por la ventanilla el paisaje de cemento por todas partes.
Miraba los paneles, de las salidas, dudaba cual coger, de repente apaga el móvil, se acerco al mostrador de la compañía de vuelos regulares, y concertó dos billetes uno para Madrid, le indico a ser posible el que este a punto de salir. Mientras un grupo de gente dormitaba en los bancos a la espera de sus partidas, era un espacio donde se movía mucha gente pero nadie se conocía, muchos mundos unos con prisa otros con maletas llenas de ilusión por empezar un viaje, algunos eran parejas de jóvenes en los cuales en sus rostros se divisaba la felicidad futura de una nueva vida, irían a cualquier país exótico, a tomar el sol bajo cualquier cocotero, playas de arena fina, aguas transparentes y cálidas.

En el avión mientras la azafata daba las indicaciones pertinentes se queda dormida apoyada contra la ventanilla que daba al ala, una vocecita por los altavoces la desperto, confundida unos segundos de donde estaba, se miro el cinturón lo tenía abrochado de cuando despegaron. Volvió a revisar si tenia el móvil apagado, lo metió en el bolso, miro dentro alli había tabaco, tarjetas de crédito, dinero, y un pinta labios. Cuando bajo del avión se dispuso sentada en un banco a teclear un mensaje de despedida, pero de repente sonó el móvil, lo miro unos instantes, lo apago. Esta huyendo, no era cobardía, era una decisión que no-tenia que explicar a nadie, era su vida.

Al poco tiempo de estar en la terminal de Madrid, embarco en salidas internacionales, se disponía a coger el vuelo a Buenos Aires, regresaba para no volver nunca, se volvía como vino, sin nada, ni equipaje, cuando aun era una adolescente, vino en busca de un futuro, no lo encontró, pero tuvo todo a su alcance, fingió mucho, conoció los mejores hoteles, restaurantes y compro en las mejores tiendas de ropa de alta costura.
Hoy se retiraba para descansar en su tierra, nacía otra vez, quizás encontraría el amor de verdad, pero le daba igual, iba volver vivir en paz consigo mismo, tenia fuerzas para trabajar, aborrecía los regalos, que al principio le fascinaban, compro una revista del corazón y la hojeo, acabo en una papelera, le daba asco ver a esas chicas viviendo sin hacer nada, ella fue una, su vida pasada se fue con la revista, su sitio era en aquella papelera cutre de plástico. Sueños falsos envueltos en papeles de celofán, vidas de sonrisas falsas, noches de alcohol, cocaína, musica perdida entre sus oídos, siendo deseada, amada, o quizás el capricho de algunos hombres que la exhibían como un cazador cuando enseña la pieza.

Cuando subía por la escalerilla del avión miraba el cielo, era de noche se despidió de las estrellas, iba en busca de otras, la reina estaba de luto en esta tierra, iba nacer en su bendita patria donde vio la luz por primera vez, que tanto odio de niña por culpa de la miseria, y de los gobernantes corruptos, donde todo eran promesas, que nunca se cumplían, pero aprendió que ni alli, ni aquí.

Su tierra, su gente, su acento, iba a reconciliarse con ellos, los necesitaba, era joven para emprender una nueva vida de la que no esperaba promesas, solo estar preparada para recibir la carga que le diera.

Ayer fue su cumpleaños, murió en España, en aquella ciudad donde los turistas se creen que han descubierto el mundo, donde los ancianos llegan para descansar sus huesos dolorosos, fatigados de toda la vida trabajando para los bancos, por tener bienes, donde lo que reciben es artrosis, se despiden de la vida paseando al sol, día tras día, esperando que les llegue el final, del cual tienen miedo espantoso.

No le da miedo la muerte, no quiere descansar, quiere vivir lo que años tras no quiso, por ser una dama falsa, su vida empieza desde hoy mismo.

Era la dama de la vida, era en el fondo una mujer vulgar, la derrota se termino, ahora iba por la victoria.

Comentarios

Meeerl!! Sobrecojedor, pero sigo diciendolo lo mismo, quiero un cuento donde el amor triunfe uno solo porfaaaa, que siempre das sonrisas a tus chicas de las historias pero las ropes el corazón! No seas malo ;)

Es broma, un besazo amigo

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