EL DIA DE AÑO NUEVO



Estaba sumergido en la pantalla del ordenador perdía la noción del tiempo cada vez que sentaba, era un sábado más, recién levantado con un café al lado de la mesa, pasaban las horas, eran las cinco de la tarde el estomago pedía a gritos sonoros desde las tripas que le prestara atención, toda la mañana y parte de la tarde. Se fue para la cocina saco del congelador unas lentejas que tenía las puso en el maravilloso invento del microondas, mientras tomaba sorbos de la cerveza fresca, en su mente estaba recordando la conversación que tuvo la anoche anterior con una amiga, le preocupaba aquellas palabras, no se esperaba sus negativas, le hacían sentir mal, se veía mayor los cuarenta estaban rozando su piel. Su cara denotaba resaca de copas después de acompañar a esta a su casa, se perdió en la noche de la ciudad, dejándose llevar por el alcohol para llegar a casa de día bastante ebrio.

Mientras comía el móvil desde la otra parte de la casa no paraba de sonar, maldiciendo al aparatejo se levanto, de repente miro y vio que era una amiga, dudaba en cogerlo, no le apetecía hablar con ella, pensó en sus adentros, ¡ que pesada! Pero hablo, una conversación banal, sin sentido, quedaron en verse en la puerta del centro comercial, para ir a ver una película, dentro de un par de horas.

Cuando llego estaba allí su amiga acompañada de una compañera de trabajo, se quedo boquiabierto al ver aquella chica, muy guapa de cara, atractiva, se presentaron se fueron por las escaleras mecánicas hacia las salas de multicines que estaban en la tercera planta, en esos momentos iban llenas de gente con bolsas de las rebajas, otras en dirección a ver alguna película. Estuvieron dudando de cual entrar, al final se decidieron por la que más pronto iba empezar.
Se paso toda la película mirando de reojo aquella chica, que estaba sentada en las dos butacas mas para la derecha, en el centro de ambos su amiga, hasta que se centro en la película.

A la salida entraron a un restaurante a cenar, la conversación se entablo sobre la trama y sus protagonistas, cada vez que hablaba, su voz dulce penetraba en su cabeza y perdía la noción del tiempo, nunca había visto unos ojos verdes tan bonitos, como movía las manos al hablar, la forma elegante de coger el cigarrillo, y la sencillez que denotaba en sus palabras. No podía de dejar de mirarla, sus manos estaban torpes debido una timidez que le paralizaba el cuerpo, nunca había sentido esa sensación de aquella manera, siempre fue una persona abierta, jovial y picaron con las mujeres.

La noche se convirtió de ir de garito en garito tomando copas, intentaba estar encantador, pero aquella chica lo paralizaba involuntariamente, ella se comportaba normal, era abierta, su amiga a mitad de la noche empezó entablar conversación con otra gente, ellos no paraban de hablar, se miraban, se reían, se les notaba mucho a los dos que se encontraban muy a gusto el alcohol avanzaba por sus cuerpos y bailaban con una especie atracción mutua, la noche pasaba muy aprisa, no se acordaba del rechazo que la noche anterior de la chica la cual le gustaba, nunca había estado tan a gusto sus labios se rozaban, en sus bailes donde la seducción fluía por todos los lados, el miraba sus vaqueros cuando ella se giraba al son de la música, nunca había visto unos pantalones que parasen tan bien, su mente volaba, la cogía de la cintura se acercaba notaba sus pechos, con el movimiento de las caderas. La besaba se miraban, la volvía besar, la cogía por la cintura, le susurraba cosas al oido, palabras salidas desde su corazón.

Casi amaneciendo llegaron a su viejo pero coqueto apartamento, la ropa iba cayendo por el parquet en busca del dormitorio, cuando estaba ella desnuda, la miraba, nunca había visto semejante chica, era perfecta, sus 33 años eran de alabar, ni una chica de 25 podía tener aquella semejante fisonomía.
Palmo a palmo descubría sus cuerpos mientras el sol entraba por la ventana, pegados, los movimientos cada vez más bruscos, gemían de placer, hasta que sudorosos quedaron rendidos, con silencio se miraban, estaban abrazados, sus caras denotaban haber llegado al infinito, se quedaron durmiendo, cuando despertaron era entrada la tarde, volvieron entrelazarse, más tranquilamente sin dejar ninguna parte del cuerpo por acariciar, era perfecta, sus pechos ni grandes ni pequeños, sus piernas finas, besaba como ninguna mujer, de vez en cuando se apartaba su melena castaña para detrás, reían, los dos desnudos con movimientos rítmicos llegaron al placer con gemidos cada vez más fuerte, los últimos movimientos fueron violentos, ella gritaba, hasta que cayeron derrotados el encima de ella, besándose y con unas caras de sastifacción.

Él la llamaba al móvil, pero no lo cogía, le mandaba mensajes, pero no respondía, día tras día, la semana avanzaba, no sabía nada, desde la noche del domingo que salió de su apartamento, llamo a su amiga para preguntar por María, le comento estaba pasando una mala racha, entonces supo que aquel fin semana era una venganza hacía su novio, estaban pasando una crisis, cada vez más aguda, se quedo chafado, como si el mundo se parase allí mismo, no dejaba pensar, nunca había sentido esa atracción por una chica, su mente estaba a todas horas en la imagen de aquella mujer, su voz recorría los laberintos del cerebro, iba por la calle mirando hacía todo los lados para intentar verla, dudaba si ir esperarla en la salida del trabajo, llevaba tres noches sin conciliar el sueño, apenas tenía hambre Llamaba a su amiga Rosa preguntando por María, esta le aconsejo que no fuera a verla, esta muy mal, se sentía muy rara, nunca le había sido infiel a su pareja que llevaban cinco años, pero últimamente discutían mucho, estaba hecha un lío, se encontraba muy rara, después de este fin de semana.

Pasaban las semanas seguia sin poder olvidar, estaba en un estado de dejadez, le costaba afeitarse, un hombre muy pendiente de su imagen, ahora pasaba de todo, salia a la calle con la primera camisa que pillaba y pantalón. La gente cercana se empezó a preocupar, un hombre muy simpático, atento, siempre vestía a la última, sus armarios estaban repletos de ropa, era un soltero muy diferente, siempre mantuvo relaciones, pero le daba miedo el compromiso a vivir con una pareja, la cobardía le amedrentaba, él por fin, aquel fin de semana supo que aquella mujer le había penetrado el corazón y daría su vida por ella, quería vivir con ella, lo explicaba a sus amigos, y no lo entendían, él siempre decía que nunca viviría con una mujer, que su libertad valía mucho y ahora pensaba lo otro, en fin de semana todo sus sistemas cambiaban.
Sólo hacía que insistir a Rosa para decirle a María que quería hablar, pero todos eran excusas, un día él las aborda a salida del trabajo, fueron tomar un café, pero el ambiente era tenso, Rosa pronto se fue alegando que tenia cosas que hacer.
María estaba pasando por una crisis, le pidió por favor que la dejara tranquila, que había roto con su novio, pero necesitaba tener las ideas claras, y todo era muy confuso, su novio a todas horas la llamaba por teléfono, estaba hecha un lío. Le dejo entender que aquel fin de semana fue algo que paso, un par de polvos, pero nada más, pero por favor que la dejase en paz, necesitaba desconectar de todo el mundo.

Pasaban los meses, y seguía sin poder olvidar aquella cara tan dulce, nunca sufrió tanto en el amor, para él siempre fue un juego, ahora estaba en la otra parte, la de sufridor, perdedor, estaba dolido, pero el tiempo no lo borraba, cada vez el dolor era más agudo, soñaba muchas noches paseando por la playa cogidos de la mano, con el agua bañando sus pies, el sonido de estos al caminar, chocando con la muerte de las olas, sus cuerpos bronceados, de pronto se despertaba, allí estaba en la cama pasando calor del verano, cada vez más angustioso. Miraba el techo blanco veía sus pechos dorados saliendo por la escalerilla de la piscina de su apartamento, con el pelo para detrás, y al salir todas las miradas tenían un destino, mientras cogía su pelo y se lo escurría y él le daba la toalla, pero todo eran alucinaciones que su mente le llevaba a estados paranormales, se levantaba de la cama se lavaba la cara para entender la realidad.

La navidad esta por llegar, su mente parecía empezar a soportar aquella tortura durante muchos meses, tenia ganas de terminar este año, para comenzar intentando llevar aquel estado que poco a poco estaba volviendo a ser aquel hombre jovial, simpático.
La noche estaba repleta de alegría, el año nuevo era recién estrenado, bebían todos en aquella discoteca, bailaban, brindaban, las corbatas ya habían desaparecidos, las camisas con algún botón desabrochada y por fuera del pantalón, de repente una mano toco su hombro, se giro, se quedo paralizado, sin palabras, el vestido rojo ceñido marcaba aquel cuerpo, su cara maquillada con los labios pintados y muy marcados, la media borrachera que llevaba su cuerpo, se le paso en décimas de segundo, le dio dos besos felicitándole el año nuevo, él seguía inmóvil, la timidez se apodero como la primera vez que la vio, estaba sudando, ella le hizo una seña de ir a la barra, la siguió, ella lo cogió de la mano, seguía sin poder articular palabra, entonces con la copa, se apartaron a un lugar más tranquilo de aquella sala fiestas y hablaron al principio de banalidades, pero repasaron sus vidas, más bien ella, estaba muy sincera.

Al amanecer salieron cogidos de la cintura, ella iba descalza llevaba los zapatos de tacones en la mano, él le puso su chaqueta por encima de ella, el fresco hacia mella en su cuerpo, con los brazos erizados.
Se sentaron en un banco y comiendo unos churros con chocolate que compraron en un chiringuito que estaba repleto de gente, destrozada de la noche, intentando aliviar sus cuerpos de la batalla del baile y alcohol,

Era año nuevo, era vida nueva, desde el primer día que lo vio, supo que era su hombre, paso meses de angustia y soledad de incomprensión de todos, pero por fin estaba con la persona que un día de finales del mes de enero le presento su compañera, desde mismos instantes su amor se encendió, pero el peaje que pago fue muy duro, estaba derrotada de tanta lucha, hoy por fin estaban juntos.

Aquella mañana llegaron al apartamento de él, sus vidas se impregnaron de amor, esperanza, a llegar al portal cogió sus zapatos y los tiro por la ventana, de alegría que tenia, de alli no se iba mover, repitió como aquella mañana de domingo que estaba a punto de cumplir el año, pero fue mucho más intenso, tenían que recuperar la perdida de tiempo, los dos padecieron, sufrieron, sus vidas eran parásitos andantes, y desde hoy no los iba separar nadie.

Eran el centro de la tierra.

Comentarios

Que bonitoo! A vecés me pregunto si alguna de estas historias es real, lo es? ya me dirás, gracías por ponerme uan historia feliz, y más una donde uno de ellos tiene que esperar al otro.

A vecés el saber esperar tiene sus recompensas, y en este como en otros casos la tuvo.

Un besazo!
Unknown ha dicho que…
No es otra nueva historia
ni una canción de amor
es la pequeña cosa
que hace cambiar la vida en un momento
Se vieron frente a frente
en medio de una calle del centro
fue una mirada intensa
fue un regalo, fue un flechazo
el día de año nuevo.

Confundido como un niño
he encontrado un amigo
caen estrellas para celebrar
el día de año nuevo.
No es un cuento de hadas
porque nadie sabe como acaba
Se tienen el uno al otro
solos en un corazón.

Hoy ha pasado un año
celebran su aniversario
hoy vuelven a empezar
comienza un año nuevo
Confundido como un niño
ha encontrado un amigo
caen estrellas para celebrar
el día de año nuevo
No volverá la soledad
porque ha encontrado un amigo de verdad
Caen estrellas
todo vuelve a brillar
el día de año nuevo.

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