NOCHE DE SAN JUAN



Las sombras se divisaban por el escenario, estaba a punto de comenzar el concierto principal de las fiestas, en un macro escenario donde todo estaba preparado, la gente estaba nerviosa, expectante, inquieta, algunos silbidos, en ese momento luces dieron todo su esplendor, miles de vatios iluminaban el escenario de repente aparecieron la cantante del grupo, al son del sonido de guitarras eléctricas, percusión elevada al cielo .De repente desde la otra parte del escenario una manada de fuegos artificiales, cubrían el cielo de un colorido, era el comienzo de la actuación, la masa enloquecida, llevaba más de dos horas en el albero de campo de fútbol y las pequeñas gradas pero coquetas abarrotadas de un publico variado, adolescentes y otros bien entrados en edad. Gentes llegada desde varios pueblos de alrededor, y otros llegaron de alguna provincia colindante.

La cantante una chica de treinta y tantos pelo moreno con melena que le llegaba a su espalda, de mediana estatura, vestida con un suéter blanco y negro, con pantalones vaqueros rotos, se movía con una agilidad tremenda. Su conexión fue espectacular con el publico, cantando todos los estribillos de las canciones más oídas, en otras cogía la guitarra eléctrica se marcaba un solo, en otros momentos cantaba a capela, era la autentica líder de aquel grupo formado por ella y tres chicos, acompañados por dos músicos que acompañaban en la gira. La complicidad entre ellos, lo trasmitían aquellos jóvenes que saltaban, cantaban, gritaban, bailaban, chicas desesperadas gritando, envueltas en imágenes de locura, otras lloraban al oír las letras de las canciones, se apoderaban de su corazón, recuerdos, sentimientos.

En el final de la grada a la otra parte del campo alli estaba un hombre llego hace un año aquella localidad de la meseta castellana, coqueta por sus casas medievales y su castillo elevado en lo más alto, no era muy grande, sus lugareños se conocían todos, la emigración dejo en la mitad de la población en los años 60.
Llego huyendo del destino que últimamente le perseguía, su corazón estaba derrotado, el alma vagueaba por sus adentros, traicionándolo, llevaba a sus espaldas dos divorcios, su dolor era muy agudo, en su rostro, sus gestos denotaban una tristeza, quería olvidar, huía , alli estaba ejerciendo su profesión de médico.
Estaba con los sanitarios de la Cruz Roja, por si era necesario su ayuda, mientras sonaba la música, que él mentalmente la acompañaba, se movía tímidamente, los paneles enfocaban las caras de aquella gente, uno de los mejores grupos pop de la nación.

Al son de las melodías imágenes de su vida paseaban por su mente, recordaba su amor de verano, tenia 19 años, cuando después del primer año en la facultad llego a su localidad, en la costa andaluza, sus casas las llamaban indalos, su blanco da el resplandor aquel bello pueblo en lo alto de una colina, desde donde se divisaba la franja azulada del mar, que estaba a un par de kilómetros, llego una tarde de junio, iba desconectar del duro mes junio de exámenes finales, la primera noche que estaba alli, era la noche de San Juan, en la playa estuvo celebrando la noche mágica del fuego, donde dice la tradición que las hadas andan sueltas, alli entre el resplandor había un montón de gente, pero una carita de una musa jovencísima de 16 años le encandilo, aquella noche hubo una atracción mutua. Su corazón invisiblente se abrió, fue como un poder de atracción mutua, las miradas entre cortadas por la luz del fuego se buscaban.
Ella sólo llevaba una semana en una casa que habían alquilado sus padres para todo el verano, era la primera vez que estaba en aquel lugar. Fue un autentico flechazo, cupido se instalo entre ellos dos, fue como dos imanes que se atraen, los deseaban conocerse al poco tiempo de verse sus caras merodeando por las hogueras, mientras las litronas de cerveza se pasaban de unos a otros, la alegría que deposito el alcohol en sus venas, hizo que él, se presentara y le hablara.


Por las tardes noches quedaban y paseando bajaban a la playa , cogidos reían, se querían, se amaban, les encantaba de noche tumbarse en la arena y en silencio cogidos de la mano pasar un buen rato mirando las estrellas, en silencio escuchando las olas del mar que bañaba la orilla de playa entre susurros mezclados con el salitre, para acabar abrazados dando vueltas por la arena, se besaban como si aquella noche se acabara el mundo, alli los dos conocieron el placer juntos, él le encantaba mirar su carita infantil de niña traviesa, sus ojos negros que le encandilaban, podía pasar noches enteras mirándola, sin pestañear, ella cuando se daba cuenta hacia muecas, mientras se reía, muchas veces descalza comenzaba a correr hasta que la alcanzaba y la tiraba contra la arena, se besaban, sus manos exploraban sus cuerpos, noche tras noche.

Otras noches quedaban con otra gente, pero al poco tiempo ellos se las apañaban para perderse por las calles oscuras, cogidos de la cintura, hablando con susurros al oido, mucho amor en sus palabras, la luna les iluminaba en sus paseos, mientras le hacían un guiño a su fiel compañera, que iba cambiando de tamaño noche a noche. Les encantaba ver el amanecer desde el mirador, muchos días sus noches terminaban en aquel lugar, mirando el horizonte que daba la bienvenida al nuevo día,

El verano estaba llegando a su fin, la tristeza afloraba en sus rostros juveniles llenos de vitalidad, el volvería a Madrid y ella a Granada de donde era, él pronto empezaría el segundo año de facultad, que era por único que deseaba volver a Madrid, pero se maldecía, por no se iban a ver.

Se prometieron amor para siempre, se llamarían por teléfono una vez a la semana y se escribirían cartas, mientras la espera hasta semana santa le angustiaba iba ser eterna. Los meses pasaron al principio cumplieron sus promesas pero poco a poco se fue apagando como la hoguera de aquella noche, que al amanecer solo que daban cenizas.

Mientras el grupo cantaba repasaba toda su vida, tenia 37 años, dieciocho años habían transcurrido de aquel amor estival, del que nunca más se habían visto. Sus divorcios le pesaban como una losa, en diez años dos, en aquel lugar estaba corriendo para no ser cazado por el destino, le tenia pánico, lo mejor era olvidar, lejos, cuanto más mejor, por eso accedió aquella plaza vacante en aquella localidad de la provincia de León, quería enterrar su pasado, no quería mas promesas, un desconfiado del amor.

Una canción le recordó su amor de verano, se veía reflejado en ella, en esos momentos lo asociaba todo, la letra, la musica, mientras su cuerpo bailaba, su cara lucia nostalgia, se bailaba tímidamente ajeno a todo, cantaba, las lagrimas recorrían sus mejillas mientras cerraba los ojos recordaba los momentos de la playa, mientras la voz de la cantante se paseaba por los pasadizos secretos de su mente.

Paso el resto del concierto bailando olvido por completo su timidez y cantando, mientras los compañeros le miraban atónitos, nunca le habían visto tan alegre, jovial, vibrando, chillando, saltando, aplaudía con mucho fervor, chillaba otra, otra, en unos momentos que el grupo toco una canción pausada, se seco el sudor y bebió un buen trago de agua, mientras las pantallas enfocaban la imagen de la cantante sentada delante del batería que cantaba, en esos momentos los músicos no tocaban, ella solo cantaba, con su voz dulce que se oía muy potente, de repente se encendieron las luces, la musica sonó, hubo una subida de watios impresionante cogió la botella de agua y se la hecho encima de su cabeza y empezó a saltar, su cuerpo se estaba revelando, la cabeza giraba, giraba una y otra vez, los brazos se agitaban.

Al terminar el concierto volvió a su estado más normal, el trabajo empezaba, alguna gente con estado de lipotimia acudía a ellos, algunas torceduras, la gente iba abandonando tranquilamente el recinto, amigos llevaban a chavales en estados de embriaguez, casi arrastrándoles, otros mareados por bajadas de tensión, poco a poco iban atendiendo aquella gente.

Ya hacia más de dos horas, el escenario se estaba desmontando, quedaba poca gente que atender, sólo algún chaval intentando que se pasara los mareos, los componentes del grupo se disponían abandonar el recinto, la cantante se aproximo a los servicios sanitarios para preocuparse por aquellos chavales que estaban en las camillas esperando recuperarse, Pregunto por el médico, le señalaron que estaba en la otra ambulancia rellenando partes, se acerco, dijo hola, entonces él levanto la cara hacia ella, se volvió un silencio frio se instalo entre ambos, se quedaron mirándose, los ojos de musa brillaban entre las luces, se levanto, se abrazaron en silencio, sus mejillas derretían lagrimas de dolor, se separaron unos centímetros, cogidos de las manos uno enfrente del otro se volvieron a mirar, ella sonrió, como aquella noche que justamente hoy hacia 18 años, la noche de San Juan, los hizo reencontrarse, con más años, mas arrugas, más experiencia, pero el fuego seguía ardiendo, los sueños volvían al presente, se besaron como el último beso de finales de verano, beso apasionado, el oido de él fue regado con “ nunca te olvide” a lo que contesto, lo se por una canción, que a mi esta noche, me ha devuelto la alegría que tenia apagada hace muchos años.

Ya ves la noche de San Juan es mágica, siempre creímos en ella, hoy quien iba esperar que aquí en un pueblo perdido te iba encontrar.

Yo dudaba venir al concierto, tengo miedo a los recuerdos, cada vez que suena en las emisoras esa canción que hace referencia a nuestro amor de aquel verano lleno de ilusión, cambio el dial, me invade una pena muy grande, pero como médico tenia la obligación de venir, para mi estas en otro mundo, yo no tenia nada que hacer.

Salieron del campo abrazados, mirando las estrellas, guiados por la luna como en aquel verano, pensando que muchas playas ahora mismo las hogueras estarán en su esplendor.

La carita de niña traviesa de ojos negros, musa de sus sueños, la noche del fuego, los volvió a unir, aquello que fue un amor de verano, era un amor verdadero, como siempre creyeron el la noche más mágica del año, alli estaban los dos, más mayores, pero con mucho amor que darse.

Noche de San Juan. Noche de magia.

Comentarios

Merl me he sentido muy identificada con esta historia, porque mi primer amor fue así, un verano y él curiosamente era de Madrid, pero es que encima la noche de San Jaun de hace ya unos años fue cuando Diego me pidio salir, vamos que me siento como la protagonista porque es muy curioso que haya podido reconocer como dos historias de mi vida en uno de tus cuentos.

Jajaja genial me ha gustado, besos.
Anónimo ha dicho que…
Tengo el honor de aterrizar en tu blog, y me has puesto los pelos de punta, merl.

NO sabía que escribías así de bien.

Me ha gustado mucho tu historia, va mucho con mi manera de pensar, que los caminos se cruzan, y se vuelven a cruzar, solo cuando es el momento, y que hay sentimientos que perduran en el tiempo.

Besos.
Buenas!!

Vengo a regañarte porque llevo ya semanas entrando y nada que esto no cambia, y queremos más cuentos e historias a lo Almodovár!!! Pacoooorrr escribe porfaaa que echo de menos tus historias.

Besos mi cuenta cuentos y amigo :)

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