El guión.

Paseaba lentamente por las calles adoquinadas el ruido de los zapatos marcaban el paso de procesión donde el silencio se mezclaba con el viento tibio.

Las manos en los bolsillos de la chaqueta americana de pana color verde botella, las luces tenues de las farolas oscurecían el color. Las casas adornaban sus hermosos balcones con macetas, los blasones encima de las puertas de madera daban la bienvenida aquellas moradas repletas historias silenciosas a lo largo de los siglos, las calles estrechas a medida del paso de las caballerías y carruajes.
La noche era oscura, la madrugada estaba presente, la soledad caminaba entre los recovecos de la vida buscando acomodo en el mundo de los vivos.
Necesitaba inspiración para poder cumplir el guión que esta estancado, los personajes se estaban muriendo, las ideas se difuminaban mezcladas entre los que viven y los que gritan morir en paz, las dudas caminaban entre el laberinto complejo de su mente, el sol se mezclaba con la lluvia, el otoño se confundía con el nacimiento de las hojas, era el hombre de las mil caras.
Las manos estaban agarrotadas delante del teclado negro, correcciones en voz alta que se diluían en un mar inmenso, nervios, pasaban los días no avanzaba, pronto la productora se interesaría por el estado del guión de la película, el director no cesaba de mandar mensajes, se sentía como un huérfano olvidado en un hospicio.
La noche era interminable el pueblo que dormía placidamente no lograba relajarse, dio media vuelta volvió a su refugio donde se escondía y confundía con trabajar.
El fuego estaba encendido arrojo dos troncos al poco tiempo la lumbre estaba en todo su resplandor mezclado con la oscuridad de la noche era más tétrica, cogió los papeles del guión leyó en voz alta, una a una, las hojas desaparecían entre el fuego hasta que sus manos quedaron vacías.
El guión dejo de existir.
Los demonios que recorrían sus venas murieron, Satanas dejo de existir, como el amor de cartón que había destrozado su vida.
El móvil se mezclo entre las llamas.
El fuego purifica, ahuyenta todas las maldiciones.

Camino en tu búsqueda
Veo tu cara
entre las sombras.
Cogidos de la mano
nos besamos.
Tus labios.
Mis labios.
Nuestros cuerpos
gimen de placer
cada vez que nos encontramos.
El viento grita.
La lluvia aplaude.
El sol ríe.
Nosotros jugamos
a nuestros juegos.
Tu y yo.
Gritare que te quiero.
Hoy soy más libre.
La flor en tu solapa.
Sellara nuestro amor.
El silencio morirá.
El amor nacerá.
Las sombras no se esconderán
Porque tu y yo.
Nos queremos.
Gritare por el amor.
Brindare por los hombres
que aman a otros hombres.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
HAY VECES QUE NO ESTAMOS INSPIRADOS PARA PODER ESCRIBIR, PERO ES UNA PENA QUE TODO EL TRABAJO QUE YA TENIA HECHO, SEA DESTRUIDO.

UN BESO.
Pluvisca ha dicho que…
A veces los guiones sirven para ratificar lo que sentimos, una vez escritos, ya no nos sirve, ya sabemos que sirvieron para eso...para verificar lo sentido...

Un beso Merl
Anónimo ha dicho que…
hello... hapi blogging... have a nice day! just visiting here....
Núria ha dicho que…
Ostraaaaaaaaaaaaaas, ostras, ostras pedrín... pero si enlace a enlace he llegado a Merl!

muacs de los grandes
MATISEL ha dicho que…
Si, a veces quemar recuerdos es una forma de exorcizar los demonios del pasado que atormentan nuestra mente y nos amargan la vida...aunque ello signifique tener que partir de cero.

Un abrazo
AdR ha dicho que…
Un personaje de la novela que escribí hace algo parecido y muy habitual a veces: quemar lo que no nos sirve, o con lo que ya no estamos de acuerdo, o incluso quemar lo mejor que hay ne nuestro escritorio.

Abrazos

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