Una ovación desde el corazón.

Miraba en silencio el televisor que estaba en el estante, la gente agolpaba en la en la barra del bar, miraban atentamente la pantalla, sus manos una copa de coñac, entre imágenes y recuerdos vaciaba la copa, otra copa, iba por la tercera, ya no es un joven, su cabeza se entremezclan imágenes del presente y de un lejano pasado con lo que esta viendo, un chaval con muleta en mano esta intentando dar unos pases al tercer toro de la tarde de la feria taurina de abril Sevillana, un anciano perdedor en estos años, llevaba cargando con la mochila de la vida, muchas penalidades y desengaños días caminado por toda España, con muleta en mano, durmiendo debajo de árboles, a la puerta de cualquier plaza de toros de pueblo. El locutor audaz y de voz muy joven narra los pases del joven maestro que pisa el albero de la Maestranza en el día grande de la feria. Se extraña de los comentarios, es todo muy normal, que pocas corridas ha presenciado este narrador, esta siendo más bien una tarde insípida, un par de pases para la galería, el chico no le falta valentía y el toro busca mucho la izquierda, la experiencia nota mucho a faltar en este joven maestro, le falta templaza. Los pasodobles suenan desde el tendido de sombra, sombreros, gorras pueblan el tendido de sol, en una tarde donde el calor comienza hacer mella en Sevilla, abril los días soleados es el preámbulo de lo que se avecina en verano, en la ciudad hispalense, donde el arte de toro esta presente en sus barriadas, para eso son curristas. Silbidos para el picador, esta castigando demasiado al toro, el joven torero bebe un sorbo de agua, se dispone a poner el segundo par de banderillas, el publico aplaude la valentía del muchacho, el narrador televisivo aclama el fervor del publico, en cambio el viejo matador, lo encuentra normal, si con esa juventud no arriesga cuando lo va hacer, pero él denota bastante respeto ante el toro, le falta algo de finura, recuerda quien es su padrino, quizás le pesa mucho el nombre de su tío, aquel gran matador que ahora esta en uno de los palcos atento a la muleta de su sobrino.




De repente se cayo al suelo, era la muerte del viejo novillero, que años atrás vagueo por plazas en busca de la ansiad gloria del arte de la tauromaquia, la muerte no llego por una cogida, que quizás le hubiera encantado morir, en cambio la cornada ha sido la cirrosis.

Sueños perdidos, olvidos, no cumplidos, melancolía en su vida, muchos puntos de sutura por todo su maltrecho cuerpo en aquella España de hambre, ropa maloliente, pueblos oscuros, como novillero fracasado, que muchos lo tildaron, él nunca se vio en este papel, fue un romántico, que lucho, vivió con mucho entusiasmo, nunca se rindió, lo mezclo con el coñac, que le acompaño en noches frías que le temblaba el cuerpo en aquellos portones viejos de las plazas de toros, con el tiempo el alcohol fue tomando protagonismo en su vida, e inseparable él y la botella de coñac, vivió con un punto de locura que solo él entendía, era como un matrimonio que llevan muchos años viviendo pero nunca llegan a conocerse.

Amaba el toro, renunció mucho en esta vida por el arte, vivió pegado a el, muchas veces con la edad se buscaba la vida con el capote en cualquier pueblo en la suelta de las vaquillas cuando había que encerrar a la vaquilla, cogía el capote y la llevaba hasta el corral. Montaba plazas ambulantes, tendidos de pueblos solo por ganarse la vida pegada a ese mundo que tanto amaba.

La cornada más grande de su vida, había sido el alcohol que le atravesó el hígado, con sus pocos sesenta años no tuvo tiempo ni de llegar a la enfermería de la plaza.

En el entierro muy pocos amigos pero entrañables llevaban el ataúd a hombros, cumplieron su promesa iba vestido de traje de luces, al ser enterrado colocaron a un lado de su nicho el capote y la muleta.

Fue su último viaje y salió por la puerta grande de la vida. Como todo buen hombre de corazón. Vestido de luces y los pocos amigos que acompañaban la despedida , mientras el sepulturero hombre de cara neutra muy acostumbrado a tapiar el nichos, se quedo mirando cuando los aplausos comenzaron a sonar durante un minuto, se sumo a la ovación calida y cariñosa donde nadie ríe, y todos lloran en lo más profundo de las entrañas en las tardes donde el pañuelo blanco ondeo de las manos de sus amigos en último tributo a un hombre que nunca fue perdedor, lucho, en cambio nunca tuvo las tardes gloría que ahora mismo estaba ocurriendo.

Fue la Ovación de la tarde.

La que tanto soñó, durmiendo, despierto, en días que el alcohol le daba tregua.

Comentarios

Paco Mira ha dicho que…
Este relato no trata del si o no a los toros, quiero expresar un sentimiento por cualquier sueño sea de lo que sea que cualquier persona se dedica a luchar y acaba añorando el sueño que nunca se cumplió.

Un abrazo.

Gracias.
Azul. ha dicho que…
Amigo Merl,
Gracias por tu aclaración. De todas maneras y, aunque no soy aficionada a los toros, es uno de los relatos que te he leido con más fuerza. Los sueños no cumplidos son estacas que se quedan clavadas. Siento que el protagonista se dejara vencer por el alcohol. Lo odio (el alcohol), pero esa es otra historia.
Te animo a seguir escribiendo, no lo dejes nunca. Cada vez lo haces mejor, y no es un halago. Como en todo, la práctica hace mucho.
Ve pasando por Escultura de palabras, aunque esta parado desde hace días, porque estoy que no me encuentro, ni de tiempo ni de inspiración, pero tengo en mente dejarte un premio que ya tengo preparado. Solo me hace falta el tiempo para colgarlo.
Un abrazo sincero.
Pluvisca ha dicho que…
Una historia de fracaso, de sueños truncados, de deseos no alcanzados...

Hay mucho asi, muchos.

Tu relato tiene mucha fuerza, mucha pasión, pones el corazón en ello, no me canso de decírtelo.

Un abrazo
MATISEL ha dicho que…
Los sueños que no se acalzan son heridas abiertas que nunca cicatrizan, aunque los sustituimos por otros más accesibles, o los olvidamos, bien por los problemas de la vida real o también, lo que tu dices....por sustituirlo por drogas nocivas.

Y es bastante común, eso de recibir la gloria después de muerto, como si pudieras entonces disfrutar lo que han negado en vida. A veces es nuestra culpa caer en las frustraciones, contagiados de ese ansia de triunfar que casi siempre es una falacia...por muy original que se sea, en el triunfo hay muchos factores que tienen que conjuntarse, aparte del esfuerzo y el trabajo, y luchar por los sueños, como la suerte y los padrinos...pero también es cierto que el triunfo tiene su cara oscura, la de vender el alma al diablo (sea el poder económico o político de turno)cuando no el cuerpo para cumplir los sueños...en vida.

Un abrazo, muy bien narrado y gracias por la aclaración, ya que a mi personalmente no me gustan los toros.
anjali ha dicho que…
Esta podria ser la historia de cualquier fracasado. Sus sueños se unden y el se unde con ellos y se refugia en el alcohol o las drogas. Triste, lastimera, pero cobarde al mismo tiempo.

Debemos sobreponernos a los sueños rotos y luchar por volverlos a recontruir, o inventar uno nuevo y luchar por el.

Si alguien de nuestro entorno intimo, se unde por un sueño roto, debemos ayudarle a levantase poniendo todo nuestro empeño y todas nuestras fuerzas.

Amigo mErL, me encanta la forma en la que lo has expresado en tu relato. Me a llegado al corazón.

Un fuerte abrazo.
Paco Mira ha dicho que…
Azul.
Los sueños cumplidos muchas veces se vuelven en pesadillas y la dureza de esta puede llevar por los derroteros insospechados.

Un abrazo.
Gracias.


Pluvisca.
Asi es amiga Pluvi, hay muchos sueños fracasados, truncados, creo que siempre hay que aprender más del fracaso que del éxito, este no te deja ver con claridad.

Un abrazo.

Caminantedenoche.
En esta vida los premios se suelen dar cuando uno fallece, nunca acabare de entender lo " homenaje a titulo postumo" cuando ha fallecido mayor, en fin complejidades de la vida.

Un abrazo.

ANJALI.
Asi es debemos siempre sobre ponernos a los sueños rotos, o mejor diria que sea una lección de la vida, siempre aprender de los " sueños no conseguidos".

Un abrazo.
Unknown ha dicho que…
ES MUY DIFICIL CUMPLIR LOS SUEÑOS, PERO HAY QUE INTENTARLO Y SOBRE TODO VER LO QUE TIENES ALREDEDOR TUYO PUES SEGURO QUE ES MUCHO MAS DE LO QUE PIENSAS.

MUCHAS VECES NOS CEGAMOS EN LOS SUEÑOS IMPOSIBLES SIN VALORAR LO QUE YA HEMOS CONSEGUIDO Y TENEMOS.

DESDE LUEGO, EL ALCOHOL NO ES EL MEJOR AMIGO.

UN BESO.

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