Me encanta observarte




Me gusta observarte cuando pasas ante mi.
Me gusta observarte cuando sales de la ducha.
Me gusta observarte cuando te maquillas.
Me gusta observarte cuando duermes.
Estas a mi lado en la cama.
Duermes plácidamente.
Te miro y me masturbo.

Me encanta recordar aquella mañana que subíamos por el ascensor y en tus ojos estaba el fuego de la pasión.
Te bese, toque el culo.
Tus pechos estaban debajo de tu vestido blanco sin sujetador.
El ascensor se detuvo en la planta de nuestra casa.
Saque las llaves, abrí la puerta, nada más cerrarla, levante tu falda, baje el tanga,  lo quite, te tumbe en el suelo. Te penetre, no podía parar, gritabas de placer, cada vez mis golpes eran muy fuertes, tu respiración muy agitada, pronunciabas, sigue, no pares cariño, gritabas de placer,  me corrí dentro de ti, encontré el universo, y en tu cara pude ver la felicidad.
Fue un polvo rápido y corto.
Un polvo muy intenso.
De los que nunca olvidas.

Me encanta observarte y masturbarme recordando este polvo.

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