La inocencia

Si la vida fuera vista desde la inocencia de los niños, la paz, el amor, la bondad y alegría serian nuestros vestidos en la vida diaria, que triste que a partir de los siete años el niño pierde la inocencia y recoge toda la siembra de los adultos, y en su cosecha diaria se puede apreciar, odio, envidia, rabia, frustración, mentiras que se van programando en su mente y lo llevara en toda su vida adulta.
Triste pero es así, la realidad de los niños cuando dejan su inocencia y dan sus primeros encuentros con la frustración tan anclada en sus progenitores.
No perdamos la inocencia del niño, dejemos que la vida no sea tan seria y tan voraz, volemos con nuestras fantasías infantiles como las cometas por el cielo de colores.
Feliz día.

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