País de la queja

Muñecos olvidados
vestidos de gala
en el paripé de esta vida.

Gente sin escrúpulos,
hambrientos de poder,
gobiernan las vidas
de esta nación.

País de la queja,
una queja una subvención,
una subvención unos ruidos
y unos votos al poder.

Tristemente este es
el ser humano,
poco de trabajo y bastante
de paga subvencionada.

Y seguir pagando impuestos que es nuestro deber de aquellos que con nuestro esfuerzo otros se llevan la paguita gubernamental. Hay que ser solidario por navidad, y si es todo el año mejor que mejor. 

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