El fraile

El libro silencioso descansaba sobre la vieja mesita de noche del joven fraile en la modesta e humilde estancia de retiro, acompañado en la pared por el crucifijo en el cabezal del camastro. Cada tarde en la hora del reposo, el libro deslizaba entre sus dedos acompañado de algún triste pájaro que se asomaba a la repisa de la ventana. Las paginas escritas con una hermosa caligrafía, trazos perfectos en los que se divisaba el paisaje descrito con una precisión casi perfecta, buceaba entre las frases y párrafos que habitaban en el silencio de sus paginas. El libro silencioso permanecía en aquella humilde estancia desde dos siglos posteriores, cada fraile que había habitado en la habitación, cuidaba con un esmero infinito las paginas del libro. Que tenia este libro tan preciado, que secretos reposaban en sus paginas, que tenia de especial aquel libro. Todo fraile que pasaba por esta humilde e austera habitación bebía de la fuente de sabiduría que allí manaba y nadie preciaba en comenta...