Mariola



Mujer de mis sueños, reina de mis besos, veo en tus ojos dos estrellas que me iluminan cada noche, tu corazón es amor, tus manos calman mi sed, el sol calienta tu cuerpo cada mañana, tu sonrisa es alegría, me encanta verte desde la distancia, segura de ti misma, como siempre has sido, mujer fiel. Eres finura cuando caminas por la pasarela de la vida con tus cabellos de rizos morenos y tus vaqueros ajustados.
Dime que sientes.
Dime si tu corazón llora de alegría.
Me encanta tu voz cuando entre susurros me dices, te quiero mi niño.
Todas las mañanas después de la ducha, escribo con mi estilográfica y un folio en blanco en la mesa caoba del salón, dejo correr mi imaginación, canto al amor, las palabras se deslizan por la hoja entre garabatos bien trazados, la sonrisa es mi espejo, el corazón mis sentimientos. Cierro el sobre con tu dirección, pego el sello lo guardo en mi cartera.
Salgo a la calle cuando el sol despierta del letargo nocturno camino por las calles estrechas adoquinadas, sus moradas siguen en silencio, el castillo esta de centinela, bello pueblo amurallado lugar que en invierno la nieve visita sus calles los turistas gozan del encanto mágico con sus cámaras, donde se mezcla el arte y el encanto en sus fotos, el sosiego de nuestra gente es palpable, lugareños amables que engalanan sus casas de amor. La influencia de la media luna es nuestro pasado y la iglesia de estilo gótico preside la plaza mayor todo un marco de belleza infinita, se aprecia la cultura mora y cristiana. Nuestro pueblo, este que nos vio nacer, crecer, el que unos años abandonemos físicamente por los estudios, nunca por el corazón esta repleto de galantería señorial en muchas de sus casas esta su escudo heráldico, y en todas la rosa del amor.
Deposito la carta en el buzón de correos, la dejo deslizar con suma delicadeza porque ahí están mis palabras de amor hacia ti, querida y amada.
El viejo cartero cerca del medio día cuando pasa por tu trabajo en su reparto te deja la carta, un hombre de aquí del pueblo, amable, educado y muy discreto, que en sus días de mozo escribió cartas de amor.
El otro día me lo encontré a mitad de tarde recorriendo los senderos de nuestros montes, subimos juntos al nacimiento del rió, me encantaron sus palabras esta en los últimos días de su trabajo, le queda terminar el año, después será un hombre que paseara como muchos de nuestros mayores todo el día gozando de su merecida jubilación, lleva cuarenta y cinco años de cartero, había una cosa que le entristecía, dejara de llevarte las cartas de amor.
Con esto de Internet y de los móviles ser cartero estos última década es muy aburrido, no hay cartas de amor, las que nos llegan son las avisos de pagar, luz, agua, bancos, duelen nada más verlas. La semana pasada encontré en la buhardilla de mi casa en un armario que llevaba muchos años sin abrir, en el fondo de un cajón, cartas de amor, me acorde de vosotros, en esos momentos las mariposas se mezclaron con mis lagrimas que afloraron por mis mejillas. Eran las cartas amarillentas de mis años del servicio militar en Aiun cuando le escribía cartas de amor a mi prometida, sinceramente cuando leía aquellas palabras de la juventud de mi amor a mi querida difunta esposa supe todo el amor que le entregue durante toda la vida que Dios nos permitió estar juntos. Note mi corazón fatigado, muy cansado, era muy grande esta contradicción tristeza, alegría por volver a tener estas cartas en mis manos. Ese mismo día por la noche una luz ilumino mi corazón, deje la tristeza olvidada, me puse a escribir una carta de amor a mi esposa, así cada noche, cuando termino, salgo a la ventana miro el cielo veo dos estrellas que me miran sonrientemente, se que es ella desde el cielo me da la gracias por las cartas. Noto su amor desde la lejanía y la vez tan cerca.
Todas las mañanas cuando a tu novia le entrego la carta de amor, la melancolía me invade, sabes una cosa, nunca a un cartero se le ocurriría abrir una carta ajena, muchas veces una luz fugaz pasa por mi mente, me encantaría saber que palabras secretas de amor se esconden en estas cartas, en el momento que entrego la carta en mano a tu novia veo en sus ojos la belleza del amor. No hay palabras que puedan describir la felicidad de sus ojos verdes, son como la luz de un faro a mitad de noche que se ve desde toda la bahía con una belleza infinita.
Él cada noche y un servidor cada mañana escribimos una carta de amor con la ilusión del enamorado donde las letras son dueñas del destino del amor.
Espero el 14 de febrero del invierno que esta por llegar para que en el altar de nuestra majestuosa iglesia gótica, pueda pronunciar estas palabras que sueño todas las noches “si te quiero como esposa” estarás guapísima como siempre pero ese día serás la más guapa de este planeta con tu vestido blanco inmaculado. Tu pelo de cabellos rizados y tus ojos verdes que son esperanza, caminaras por las calles estrechas adoquinadas del pueblo con tu ramo de flores radiando felicidad en tu noble y hermoso corazón.
Querida Mariola, te quiero. Una 13 de Diciembre naciste en este hermoso pueblo, un día en el comenzaban las fiestas de Invierno en Honor Santa Lucia, aquel día la luz brillo desde el cerro que lleva el nombre de la Santa en este bendito pueblo morisco de la sierra de Mariola. Cuenta la leyenda que era muy hermosa como tu, eran tiempos del emperador Tiberio Claudio Nerón, estas tierras había minas de oro y se extrajo en tiempos romanos, estas proporcionaban muy buena vida a Sexto lo cual la consabida en envidia ajena. Nerón que no andaba boyante de dinero y su pueblo estaba algo revuelto le pareció que pasaran al patrimonio de Sexto. Comenzó a querer conquistar a la bellísima hija de este que se llamaba Mariola y esta paseaba por las sierras con una enorme pantera traída de África. Mariola le dejo bien claro que no quería casarse con él. Y el emperador que era bastante malvado comenzó su cruzada contra el padre y a la hija. Sexto fue acusado de incesto como castigo fueron despeñados desde la roca Tarpeya un lugar en Roma que estaba destinado para esta clases de castigos. Esta sierra lleva el nombre de una hermosa mujer que es como estos parajes bellos. Mariola era muy guapa, es como tú. Querida Mariola la belleza esta en vuestros rostros y lo más encantador en el corazón de ambas, el amor es la estrella que ilumina nuestros parajes.
Quiero que la leyenda se cambie, que en estas tierras esta la mujer más guapa que nunca he visto, Mariola una joven que un día la bese me hechizo de amor.

El cartero será nuestro testigo de boda.

Comentarios

Pluvisca ha dicho que…
Una historia llena de ternura mErL, llena de amor y de nostalgía y con esperanza.

Un abrazo

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