La medalla de plata de Baloncesto de Munich 1972
En la final de las Olimpiadas
de Múnich de los años lejanos de 1972, disputaron la final las dos potencias
mundiales la antigua U.R.S.S y Estados Unidos. Oficialmente ganaron los soviéticos
( 50 a
51) en una canasta en el último segundo.
El partido se desarrollo sin
incidentes, hasta que a falta de tres segundos para el final, Doug Collins fue
arrollado cuando intentaba encestar. Se sanciono con tiros libres que el
americano anotó y pusieron el marcador 50 a 49 a favor de EE.UU. Inmediatamente los
soviéticos sacaron, pero uno de los colegiados detuvo la jugada al ver el
alboroto que había en la mesa, ( faltaba un segundo para el final). Los soviéticos
reclamaban un tiempo muerto. Según las reglas FIBA de aquellos años, una vez
anotado el tiro libre no se podía solicitar tiempo muerto, los soviéticos
decían lo habían hecho antes.
Después del tiempo muerto los
colegiados ordenaron que el reloj volviese a tres segundos y se continuase con
el partido. El equipo de la U.R .S.S.
puso el balón en juego, intento un pase final, lo fallo, sonó la bocina y los
americanos comenzaron a celebrar la victoria. Sin embargo el reloj no se había
puesto correctamente en el tiempo indicado por los colegiados. En movimiento
sin precedentes, el Secretario de la FIBA bajo del palco de
autoridades hacia la mesa y ordeno que se colocase de nuevo el reloj a tres
segundos y se reanudase el partido. Fue el tiempo que Alexander Belov necesitó
para capturar sobre la línea de personal el balón, que había lanzado, desde la
línea de saque, Iván Edeshko. Deshaciéndose de los defensores americanos,
avanzo hacia canasta y anoto los dos puntos que dieron la victoria a los
soviéticos.
Tras el partido EE.UU. cursó
una reclamación formal y un comité de la FIBA trató el asunto. Cinco comisarios decidieron
por una votación ajustada de 3 a
2 que el partido la había ganado la
U.R .S.S. Curiosamente los votos a favor fueron de Cuba, Polonia y Hungría, países comunistas
de aquellos años.
El equipo EE.UU. de modo unánime,
rechazo recoger las medallas de plata, que hoy en día permanecen a buen recaudo
esperando que sus propietarios las recojan. Cada cierto tiempo el COI envía una
carta a los integrantes de aquella selección para que recojan el galardón y
ellos se niegan a hacerlo.
Kenny Davis, el capitán de aquella selección,
que en su testamento prohíbe expresamente a sus herederos recoger aquella
medalla bajo ningún concepto.
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