AL-AZRAQ



Las fuentes manan agua cristalina y fresca proveniente desde los altos que con sus manos crearon su acequia real. Hoy un día donde Ala recibe a sus tropas con sol y viento lebeche, o morisco por provenir de sus tierras lejanas, el bullicio de las alquerías de su reino los reciben engalanados. Los elegantes mahometanos los reciben con su mejor ropaje chilabas, turbante convocando una oración hacia la mezquita. Los cánticos almuedín o dulces amaneceres, en las tahonas sus panes son dedicados a su Dios.
Las tropas llegaban a las calles adoquinadas que daban el acceso a la fortaleza, encabezadas por el embajador altivo morisco a caballo, su chilaba blanca de seda, mirada dura al frente, el pergamino envuelto circularmente en su cinturón acompañado de su espada de metal de oro arqueada.

Seguido de dos jinetes con sendos estardante hacen referencia a la Vall d´ Alcala y Ala.

Las tropas de arcabuceros desfilaban ante aquellas moradas que reciben con entusiasmo a sus soldados. La escuadra de guardia perfectamente alineada por los lados protegiendo a las favoritas del Rey, que bailaban a la Sultana que situada en el centro de aquel desfile, mientras los cuerpos se mueven armónicamente con sus velos de seda, los pétalos de rosa son lanzados desde los balcones de la población a los sones de la fanfarria de las dolçainas i tabalets, acompañados de la percusión e instrumentos de metal y viento. Caravana retumbaba por las paredes que daban el acceso a la entrada del Castillo que guardaba todo el valle morisco.

Cerrando el desfile va el capitán moro acompañado por el rey. Sus túnicas doradas y sus metales relucían, los turbantes azulados y sus caras morenas de días dureza del sol. Sus caras alegres en sus rostros se divisan una victoria, plegarias al dios Ala el más grande.

Nada más llegar, las salvas de arcabucería de los guardias los recibe como en señal de victoria,
Cada uno en una ventana del castillo fortaleza, a la izquierda el embajador, en el centro el Rey y la derecha el capitán de las tropas. A los son de un clarín el embajador repite algunos de sus frases de la embajada que fue hablada ante las tropas cristianas del dragón.

Mi poderoso Monarca.
Rey absoluto, mi dueño.
De la famosa Sevilla.
Córdoba y su terreno de Jaén.
De Gribaltar. De Fez.
Miranda y Marruecos.
De el Mar de la costa de Cádiz.
De Algeciras. De las Alpujarras
De Extremadura fértil.
Reino de Granada.
De Campo Real. (1).

Al terminar de pronunciar todas las posesiones de su Rey.

Este ofrece todas sus tierras a Ala el más grande y único Dios. Blasfemando contra el ese Dios de los cristianos que tanto implora ese aragones que se cree dueño de nuestras tierras.

La arcabucería se dispara al cielo y Al-Azraq su jefe, Rey con su mejor traje engalanado y guantes negros iza la bandera de la MEDIA LUNA. En la Vall d´ Alcala, tierra de moreria

AL –AZRAQ REY MORO DE LA VALL D´ ALCALA.

PD. (1) Texto real perteneciente a un fragmento de la embajada más antigua que existe.

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